miércoles, 10 de junio de 2009

Nada nuevo

Nada Nuevo

“Y a pesar de todos los intentos, los logros del Monarca
no se multiplicaban. Y en el mundo de hoy ¿cómo ganar
crédito sin ellos? Claro que queda la posibilidad de
inventar, de sumar dos veces, de explicar, pero en este
caso los alborotadores se alzan en seguida y lanzan sus calumnias”
Kapuściński


La cita que encabeza esta nota corresponde a “El Emperador”, un libro escrito sobre la base de las entrevistas que el autor mantuvo con antiguos funcionarios de la Corte de Abisinia, de la época en que el Emperador Haile Selassie gobernaba sobre lo que hoy se llama Etiopía.

Pese a que los hechos allí narrados tienen una antigüedad de más de cincuenta años, su lectura resulta indispensable, por lo menos para los argentinos de este comienzo del siglo XXI ya que, guardando las distancias del caso, parece describir a nuestro país y al imperio K, ambos en plena decadencia.

Estamos hoy inmersos en una campaña electoral que desnuda y expone impúdicamente nuestros peores defectos.

Coincido –mal que me pese- con don Néstor y con el inefable don Daniel, cuando califican al 28 de junio como una batalla crucial para nuestro futuro. Nos jugaremos todos en ella recuperar la República o caer, sin más, en un “chavismo” peor.

Sin embargo, más de la mitad de la población ignora qué se votará, y nadie cuenta con plataformas claras sobre las que discutir las propuestas de las diferentes opciones.

Nuestra ilustrada oposición no ha conseguido, siquiera, ponerse de acuerdo sobre cinco o diez políticas de Estado respecto a los temas más cruciales de nuestra realidad: justicia, salud, educación, alimentación, defensa …

Hemos reducido uno de los momentos en que la Historia dirá si fue una verdadera bisagra de nuestro destino en una mera competencia de caras y de nombres.

Resulta notable que, a poco menos de tres semanas del acto comicial, no solamente se ignore qué piensan en cada uno de esos temas concretos los candidatos, sean éstos “testimoniales” o no, sino que la verdadera campaña se esté jugando en un programa cómico o en unos señoriales almuerzos televisivos, por cierto mucho más serios.

Don Néstor, a quien reconozco como un maestro de la comunicación, continúa siendo el dueño del centro del escenario, y todos los demás bailamos con la música que, cada día, decide poner al aire.

Ni la centro-derecha de Macri, De Narváez, Michetti y Solá, ni la centro-izquierda de Prat-Gay, Carrió, Stolbizer y Alfonsín han logrado firmar un verdadero pacto de comportamiento legislativo, ni la izquierda, en todas sus variantes, ha conseguido unificar sus propuestas.

Entonces, todos los días, Kirchner continúa en el dominio de la pelota y los demás jugadores de este definitorio partido se limitan a jugar a la defensiva.

Así, vemos a don Néstor impulsar maniobras disparatadas –como las denuncias contra De Narváez, la aparición de candidatos homónimos, la permanente descalificación (ahora, con buen tono) de los enemigos que cotidianamente fabrica- y, enfrente, la oposición aparece como adormecida por los golpes que recibe.

En lugar de limitarse a contestar los agravios que se prodigan desde los micrófonos oficiales, quienes en verdad estén preocupados por el futuro y estén dispuestos a evitar que Argentina se transforme en una Venezuela pobre debieran estar trabajando en construir consensos, para ofrecer a la ciudadanía la certeza y la credibilidad que reclama.

Sin embargo, los personalismos más abyectos continúan primando sobre la grandeza que la hora exige y, en lugar de candidatos que presenten signos de cordura y madurez, hoy han exacerbado la división y la exclusión del adversario. Y esa atomización juega, indiscutiblemente, a favor de don Néstor.

Me permito recordar a todos quienes se encuentran en el bando del “no” a Kirchner que éste conservará, hasta el 1° de marzo de 2010 y después de esa fecha, un enorme poder, ya que contará todavía con la caja concentrada que, aún enflaquecida, servirá para comprar voluntades y amigos, además de conservar la primera minoría en el Congreso.

Por a ello, estoy convencido que, lamentablemente para todos, don Néstor no se convertirá en uno más de los factores de un poder compartido con los vencedores y que, por el contrario, surgirá de la derrota con más ímpetus, siempre autoritarios y dañinos.

El segundo semestre de este año, y todo el 2010, se presentan hoy como sumamente complicados. Para confirmarlo, basta con ojear los números de la recaudación deflacionada, y el crecimiento del gasto público, y comparar esos recursos con las obligaciones que el Gobierno tendrá que afrontar.

Piénsese sólo en los subsidios a las tarifas y en el costo de la importación de productos energéticos que, si dejaran de existir, producirían un inmediato “rodrigazo”, agréguense la necesidad de incrementar el monto y la cantidad de los seguros de desempleo, el aporte a las empresas para que éstas dejen de despedir personal, la atención de los compromisos de la deuda, etc., y se coincidirá con lo expresado en el párrafo anterior.

Kirchner se valdrá de todos los componentes de ese tétrico escenario para explicar la necesidad de gobernar a fuerza de leyes aprobadas por el nuevo Congreso deslegitimado que surgirá de las elecciones o a fuerza de decretos de necesidad y urgencia.

La “pregunta del millón”, entonces, es cuánto estará dispuesta a tolerar, pacíficamente, una sociedad que habrá, para entonces, expresado su poderoso “no” y triunfado en el plebiscito insanamente planteado por el Gobierno.

Sugiero, como he hecho muchas veces, que cada uno de los lectores encienda su computadora y diseñe una planilla Excel, Sobre los casilleros horizontales, coloque un país –Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Chile, Brasil, Uruguay, Perú, Colombia, México, Irlanda, India y China, por ejemplo- cada dos columnas, titulando a cada una de ellas “1957” y “2007”, respectivamente. Luego, sobre los casilleros verticales, coloque un indicador de calidad (tasa de analfabetismo, tasa de deserción escolar, tasa de mortalidad infantil, índice de corrupción, consumo y secuestro de estupefacientes, índice de homicidios y otros delitos, nivel de vida, producto bruto interno total y por habitante, índices de pobreza e indigencia, déficit habitacional, etc,, etc., etc.)

También sugiero que realice todo este trabajo equipado con una gran cantidad de pañuelos, porque los necesitará cuando descubra que Argentina es el único país, con la triste excepción de Haití, que ha retrocedido en todos y cada uno de esos indicadores, marcando así una tendencia suicida hacia el deterioro y la decadencia.

Por eso, conciudadanos, exijamos a los candidatos y a los partidos políticos plataformas concretas para sacarnos de esta crisis terminal en la que nos han sumergido todos ellos, con el consentimiento abúlico de todos los demás. Pero, para poder ser exigentes, tenemos que comprometernos, tenemos que bajar al barro y pelear en él todos los días.

Transformemos, de una vez por todas, nuestro voto y nuestro accionar en un verdadero mandato, en términos jurídicos. Que nuestra voluntad y nuestros deseos sean los límites concretos de las facultad de representarnos que otorgaremos en las urnas a estos nuevos diputados y senadores.

Empecemos a tomar conciencia que el 28 de junio se jugará un partido mucho, pero mucho, más importante que una final de fútbol en la Copa del Mundo. Ésta brinda una oportunidad cada cuatro años, pero la Historia no nos dará ninguna más.

Si lo desea, pídamelo por mail y le enviaré un borrador de un acta de coincidencias básicas, que hemos preparado un grupo de personas inquietas, y que estamos dispuestos a discutir. Tal vez pueda Ud. llevarlas a su partido, a su club, a su café, e ir ampliando geométricamente la base de ciudadanos que exigen.

Y recuerde, mi -a esta altura- apesadumbrado lector, que en Venezuela los habitantes ya no pueden ni quejarse ni dejarse oír. ¿Quiere Ud. esto para Argentina?

Si no reacciona, y si no lo hace ya, ese será nuestro futuro inmediato.

Bs.As., 10 Jun 09.
Publicado por:

No hay comentarios: