miércoles, 10 de febrero de 2010

Irrefrenable angustia

Irrefrenable Angustia


"Cuando advierta que para producir necesita
obtener autorización de quienes no producen
nada; cuando compruebe que el dinero
fluye hacia quienes trafican no bienes, sino
favores; cuando perciba que muchos se
hacen ricos por el soborno y por influencias
más que por el trabajo, y que las leyes no
protegen contra ellos, sino, por el contrario
son ellos los que están protegidos contra
usted; cuando repare que la corrupción
es recompensada y la honradez se convierte
en un autosacrificio, entonces podrá afirmar,
sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."
Ayn Rand


Hace algunos meses, concretamente el 4 de agosto de 2009, en una nota similar a ésta (“Brasil, Chile, Uruguay … ¿Argentina no?”, que se puede ver en http://egavogadro.blogspot.com), describía qué estaba sucediendo entonces en los tres países vecinos, todos ellos gobernados por izquierdas vernáculas.

Desde entonces, Chile ha dado un giro a la derecha, pero su Presidente electo, Sebastián Piñera, anunció ayer quiénes serán sus ministros, y eligió expertos profesionales, exitosos empresarios y hasta un miembro de la Coalición perdedora. La señora Bachelet, hija de un militar fusilado por Pinochet, dejó su cargo con el 73% de aprobación popular y, tal vez, la mala elección de su candidato, por parte de la Coalición, impidió que pudiera traspasarle su prestigio.

En Brasil, que tendrá elecciones presidenciales, Lula –que, después de ocho años de gobierno, tiene un 80% de aprobación- no aceptó reformar la Constitución para perpetuarse en el poder y, en cambio, está impulsando la candidatura de Dilma Rousseff, su actual Ministro de la Casa Civil (el equivalente a nuestro Jefe de Gabinete) y ex guerrillera, que se está acercando velozmente a José Serra, ex Ministro de Salud de Fernando Henrique Cardoso, que también representa a un centro-izquierda local.

Y en Uruguay, donde el Dr. Tabaré Vázquez también disponía de inéditos niveles de aprobación al final de su mandato, sí consiguió transferir su prestigio a un ex tupamaro, que se pasó gran parte de su vida preso, el entrañable José “Pepe” Mujica.

El Pepe no es, con absoluta certeza, un tipo capaz de manejar educadamente los cubiertos, o distinguir cepajes y añadas de vinos de colección pero, con la misma seguridad, hoy demostró que es un estadista, ante el cual debemos sacarnos todos el sombrero, y los argentinos morirnos de envidia.

Reunió, como todos saben, a mil quinientos empresarios en el Conrad de Punta del Este, en un evento organizado por una serie de cámaras, especialmente locales, argentinos y brasileños.

En su emocionante comienzo, agradeció la presencia de los Dres. Sanguinetti, Lacalle y Larrañaga, los dos primeros ex presidentes de Uruguay y, los dos últimos, recientes contendientes en la puja electoral. Los llamó “compatriotas de la patria chica”, aclarando que su “patria grande” era Latinoamérica, en especial la Argentina.

Todos son adversarios políticos del Pepe, pero priorizaron a su país, y al establecimiento de políticas de Estado para el futuro, sin necesidad de imitar a un Pacto de la Moncloa que ya tiene más de treinta años.

El Pepe, que –reitero- no solamente proviene de la izquierda insurreccional sino que, además, se pasó muchos años en las cárceles uruguayas, dio una verdadera muestra de ser un estadista.

Invitó a sus oyentes a invertir en Uruguay, ofreciéndoles reglas claras y seguridad jurídica, y explicó que su país no les “doblará el lomo con impuestos”, ya que éstos sólo se aplicarán sobre el crecimiento, De otro modo, explicó, los empresarios huirían con sus ganancias de su país, para invertirlas afuera.

Para no continuar con esta exégesis de un discurso que, repito, me emocionó hasta las lágrimas, voy a terminar con una referencia: dijo el Pepe que, en Uruguay, que reconoció no es un paraíso, los presidentes pueden todavía caminar solos por las calles, pintando una real civilización ciudadana y política que los argentinos hemos perdido hace muchas décadas.

Hoy, como también sabemos todos, exporta más carne que Argentina, amén de recibir depósitos ya incalculables de compatriotas nuestros, chilenos y brasileños. Se ubica, en porcentajes, en uno de los niveles más altos de inversión y, después de muchos años, ha conseguido transformar el perfil del empleo, olvidando el pasado de excesivo trabajo público para convertirlo en productivo.

Seguramente, después del discurso del Pepe y de su Vicepresidente, el Dr. Astori, las propiedades en Uruguay deben haber subido, al menos, un 20%. Y eso sin hablar de los préstamos que obtiene ese maravilloso país en los mercados voluntarios de crédito, a una tasa que no supera el 6%.

Dejo la obvia comparación en manos de mis sufridos lectores. Simplemente quería transmitir la irrefrenable angustia que siento, como argentino, al ver qué nos pasa.

Bs.As., 10 Feb 10

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