miércoles, 23 de febrero de 2011

¡Basta!

¡Basta!


“E imaginad, gentil señor, que en medio de aquel

desarrollo floreciente, en medio de nuestro

venturoso bienestar, tan ponderado por Nuestro

Monarca, de repente estalla una sublevación.

¡De la noche a la mañana!”
Ryszard Kapuściński



El mundo asiste, asombrado, a la monumental crisis que está afectando a los países islámicos y que, mientras escribo esta nota, parece haber arrasado ya con el tercer régimen dictatorial en el norte de África.

Las razones para que ello ocurra son innumerables –crecimiento notable en el PBI de esos países durante las dos últimas décadas con elevados porcentajes de la población sumergida en la pobreza y en la miseria, marcado incremento de estudiantes universitarios y falta de inserción laboral de los graduados, progresiva difusión de las redes sociales y de Internet, factores externos complicados, concentración del poder y la riqueza en regímenes plutocráticos y hereditarios, galopante corrupción, etc.- y sobre cada una de ellas se podría escribir un tratado.

Sin embargo, tratándose de países en los cuales el islamismo ha sido tan condicionante para la cultura y las costumbres de sus pueblos, lo más notable de este proceso –como lo fue el de Paris, en mayo del ’68- es la notable participación de los jóvenes y, sobre todo, de las mujeres en las insurrecciones populares que, día a día, llenan las plazas y calles de las ciudades más importantes del mundo árabe. Y el coraje con el que ponen en juego sus propias vidas frente a una represión que, al menos en el caso de Libia y Bahrein, no reconoce límites.

La enumeración que he hecho en el segundo párrafo, curiosamente, podría aplicarse, casi sin alteración alguna, a la realidad argentina; las únicas diferencias podrían ser el corto –en comparación- período de gobierno de la dinastía Kirchner, y el favorable marco internacional en que se desenvuelve la economía local aunque, en este caso, nuestros ínclitos funcionarios (el hijo de Jacobo, Moreno, Boudou, de Vido, por ejemplo) parecen decididos a estropearlo.

Los jóvenes islámicos se han dado cuenta, finalmente y luego de larguísimas dictaduras, que el futuro puede ser distinto, pero que depende del compromiso real –físico- que ellos mismos asuman para el cambio. Han tomado conciencia del enorme perjuicio que esas dinastías –familiares o militares- han causado a su pasado y a su presente y, poniéndose de pie y saliendo a la calle, han aprendido a decir ¡basta!

La televisión, Internet, las redes sociales y hasta los turistas los han obligado a mirarse y a mirar a sus países, en muchos casos sentados sobre enormes lagos de petróleo que pertenecen a los miembros del círculo áulico del poder y, al hacerlo, han comprendido de cuánto se los ha privado, cuánta vida han perdido, y han decidido tomar las riendas. El futuro, más o menos inmediato, dirá qué harán con ellas: ¿serán democracias o serán teocracias?, ¿elegirán convivir en paz o persistirán en la belicosidad?, ¿conseguirán dominar a sus sectores extremistas o serán víctimas de ellos?

Pero la traspolación de ese fenómeno a la Argentina, que sufre casi idénticos problemas (concentrados, también aquí, en la falta de República), me ha llevado a pensar en la diferente forma en que, al menos por ahora, se los encara.

El sistema de comunicación social tampoco difiere demasiado. Ayer nomás, doña Cristina se refirió a su gobierno y al de su marido como una época en que fue privilegiado el diálogo, la transparencia y el consenso. Lo notable fue que habló aquí mismo, donde nadie duda ya del modo de construcción de poder que el kirchnerismo ha empleado, durante ocho años, a fuerza de confrontar, agraviar y dividir, de intentar acallar a la prensa, de usar a los servicios de informaciones para perseguir a opositores, de falsear estadísticas, de eludir controles, etc., etc..

El “modelo” kirchnerista, defendido a capa y espada por quienes han lucrado enormemente con él, adolece de tan graves defectos como los que uniforman a los regímenes que el viento de la Historia está derrumbando uno tras otro.

Las fuentes de riqueza son distintas, pero se saquea y esquilma a la población para que algunos vivillos, muchos de ellos ex jóvenes idealistas socios del poder, se enriquezcan impúdica e impunemente en una verdadera cleptocracia. Tanto en el mundo islámico cuanto en la Argentina, esa riqueza se ha concentrado de modo tal que, después de ocho años de crecimiento a tasas chinas, el cuarenta por ciento de nuestra población malvive por debajo de la línea de pobreza, y muchos chiquitos mueren de desnutrición y de enfermedades ya inexistentes en países normales.

Los argentinos en general, y los jóvenes en particular, ¿seguirán soportando sine die carecer de educación y de salud para que doña Cristina pueda conservar los fondos de Santa Cruz entre sus innumerables propiedades? ¿Tolerarán no poder comprar comida o remedios para pagar obras faraónicas que se facturan en varias veces su costo? ¿Seguirán permitiendo que los maten con remedios “truchos”? ¿Protestarán alguna vez porque los impuestos que gravan sus alimentos básicos se convierten en aviones, yates, automóviles, departamentos, casas, campos y joyas de funcionarios?

¿Seguirán mirando hacia otro lado mientras el país es asolado por la droga y el crimen? ¿Continuarán viajando como ganado, y muriendo así, para que se roben los subsidios? ¿Seguirán pasando privaciones para que los más pudientes puedan desperdiciar la luz y el gas o viajar en aviones de “su compañía”? ¿Seguirán muriendo en rutas, trenes y colectivos para que los empresarios del transporte y sus socios sindicalistas puedan continuar robando? ¿Cuánto más permitirán que, a contramano del mundo, se deteriore la educación en nuestro país? ¿Esperarán, con ciega resignación y vocación suicida, que la Argentina se transforme en México o en Libia?

¿Recordarán la reflexión de Kennedy, cuando dijo “la gente que, en América Latina, hace imposible la revolución pacífica será la que hará inevitable la revolución violenta”?

Los interrogantes son muchos, y formular las mismas preguntas tantas veces puede sonar a cansadora letanía, pero la respuesta es la misma, en los países islámicos y en la Argentina. En algún momento, los pueblos reaccionan, a veces con furia, y desalojan del poder a quienes los oprimen y lucran con su sufrimiento y sus privaciones; en algún momento, allí y aquí, dicen y dirán ¡Basta!. El propio Perón nos lo recordó con su frase: “con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes”.

Faltan hoy escasos ocho meses para las elecciones presidenciales y tal vez, sólo tal vez, ese sea el momento en que los argentinos manifestarán su hartazgo. Pero, para tener éxito, deben comenzar mucho antes. Sobre todo, prepararse para luchar contra un eventual fraude que, una vez más, use el disfraz de la democracia para utilizarla en beneficio propio.

El tristísimo espectáculo que continúa ofreciendo todo el arco opositor, en el que –salvo contadas excepciones- se barajan sólo nombres y no ideas o proyectos, no parece brindar demasiadas esperanzas. Entonces, la reacción frente a la iniquidad actual debe ser la permanente exigencia a los políticos para que exhiban sus propuestas, para que las debatan en público, para que se comprometan con el futuro y dejen de jugar con nuestras vidas.

Todos tenemos que recordar que tenemos una sola, al menos en la Tierra, y que no podemos ni debemos permitir que sea sacrificada en el altar de unos miserables que sólo pretender perpetuarse en el poder para continuar medrando, sin condena y sin castigo.

Fuimos un país que importaba en el concierto mundial. Debemos volver a serlo. Debemos lustrar los laureles que nuestros ancestros supieron conseguir –y que sólo debíamos administrar con eficiencia y honestidad- para dejarlos a nuestros hijos y a nuestros nietos.

Digamos, simplemente, ¡BASTA! El futuro lo merece y lo necesita.


Bs.As., 23 Feb 11



http://www.diarionuevodia.com.ar/ (edición impresa del 28 Feb 11)

25 comentarios:

kaul gustavo dijo...

Es una atinada reflexion sobre el modo en que los gobiernos de cualquier latitud terminan y en particular me parece muy aguda la extrapolacion que hace el doctor con nuestro donde el gobierno hace gala de una impunidad absoluta y un desprecio por las formas y la opinion publica que facil espredecir su futuro. Felicito al doctor Avogadro es muy claro, Un ejemplo!

Anónimo dijo...

Querido Señor:

Coincido en todos sus términos.
Reciba usted mi especial aprecio.

Alejandro Baldassarre

Anónimo dijo...

ENRIQUE, hay días en que me levanto pensando “ESTO ES LO QUE VA A PASAR, SE VIENE EL CAMBIO”, pero cuando veo o escucho a ALGUNOS ESPECIMENES LAMENTABLES QUE INSISTEN EN “PROFUNDIZAR EL “MODELO”, pienso que NADA DE ESO VA A PASAR, QUE SEGUIREMOS CAYENDO…..HACIA LA PROUNDIDAD INSONDABLE.

Parafraseando a Duhalde: ¿ESTAREMOS CONDENADOS AL “FRACASO”? ¿Hay o habrá alguien con cerebro para VER CON CLARIDAD? Ayer escuché a Duhalde, De Narvaez y la Carrió que me parecieron razonables pero ¿HAY ALGO DE RAZONABILIDAD?. Luis

Anónimo dijo...

Señor Avogadro:
¿Son nuevas estas convulsiones en el mundo islámico o no leímos nunca historia contemporánea?.
Dentro de pocos días, el 12 de marzo, será el aniversario de nacimiento de un hombre excepcional, Mustafá Kamal Atatürk.
Retrocedo hasta 1919, cuando el Imperio Otomano, Turquía no había nacido aún, nadaba en un lago de sangre.
Había perdido cuatro guerras seguidas, con Albania, Italia, los Estados Balcánicos y la Entente Cordiale.
Su territorio estaba repartido y ocupado por varios ejércitos extranjeros y para entenebrecer el horizonte 230.000 muertos y casi 400.000 heridos y enfermos se desparramaban por toda la superficie del desgarrado país.
Se produjo la invasión de Constantinopla y el ataque vil y canallesco al parlamento, cuyos integrantes fueron enviados a los inmundos calabozos británicos de la isla de Malta.
Y luego vinieron los tratados de Sévres, vesánicos e infames, que fueron una bandera de exterminio para el pueblo turco y que todavía algunos necios o ciegos quieren revivir.
Fue entonces cuando el Gazi, el victorioso, así le llamó el pueblo que iba a morir por él, desembarcó en el puerto de Samsum con 19 cruzados que le acompañaban en esa lucha que parecía tan alocada y llena de desesperación.
Allí llamó a la rebelión, rebelión doble, contra un sultán degenerado, que era capaz de traicionar al país y poseer carnalmente a la niña hija de un jardinero, y los vencedores de la gran guerra.
Los ingleses enviaron a un emisario norteamericano para hacerlo desistir, el general Harbord.
Harbord pudo presenciar, conmovido, el horizonte de miseria que rodeaba al general rebelde. La falta de comida, de ropas, de calzado, de armas. El luto y las lágrimas capaces de quebrantar el espíritu más inclemente.
Y dirigiéndose al hombre que invitaba a luchar contra un verdadero monstruo victorioso le preguntó si no se había dado cuenta que su pueblo estaba vencido.
Mustafá Kamal levantó sus ojos, esos ojos color acero que domaban voluntades y subyugaban los corazones femeninos más indiferentes y respondió: "El único pueblo vencido es el pueblo muerto, una vez que ha muerto no tiene demasiado sentido hablar de victoria o derrota".
Ese hombre venció a un ejército griego dotado con los últimos adelantos en el arte de matar.
Acabó con el sultanato y el califato, tronos podridos de vicio y de maldad.
Y fundó la república y la engrandeció.
Once años después de proclamada de la república , un historiador insigne y un político de amplias miras, Eduard Herriot, visitó la patria turca.
Sobre el reino de la muerte y la opresión, ya felizmente sepultado, marchaban las legiones ordenadas del trabajo y la educación.
"Mi cuerpo será polvo un día... pero la república será eterna", dijo el presidente de la nación renacida de los pedazos sangrientos y menospreciados.
Herriot, ya había sido advertido por Paul Gentizon, que en oriente se había elevado una nueva estrella.
Pero quiso comprobarlo personalmente.
No era fácil asombrarlo, acostumbrado a las desilusiones de la historia, a las visiones desmedidas, a los deslumbramientos casi adolescentes de tantos hombres cultos.
Y Herriot comprobó que la anticipación de Claude Fárrere, de que había presenciado el renacer del espíritu humano, acariciaba la piel de la más hermosa realidad.
Era ese hombre llamado Mustafá Kamal.
Cuyo natalicio, glorioso, se aproxima.
Antonio Carlos Regadío.

Anónimo dijo...

Muchas gracias por esta nota ,muy buena la comparación de estos 2 mundos tan distitntos y tan iguales en la forma de comportarse como jeques árabes pues de hecho nuestros politicos lo son. Siempre a mi entender la riqueza acumulada deviene de todo lo que se la ha quitado a los demás ,no hay otra posibilidad, del ejercicio del poder sin limites ,de la impunidad ,de sentirse los dioses de la creacion de suponer tener toda la razón por supuesto para poder seguir robando de manera oculta a un pueblo o pais que como el nuestro esta empobrecido, pero en algún momento la cabezas caen,solo basta mirar estos paises y veremos algo que era impensable hace no mucho atrás, caos desesperacion muerte ,pero seguramente traerá un renacer a estos sufridos pueblos y lamentablemente correrá mucha sangre
Espero siempre con ganas sus artículos.
Y una duda , su apellido es Avogadro ?
Daniel Martinese

Anónimo dijo...

MI MUY ADMIRADO AMIGO
Dr ENRIQUE AVOGADRO

Has logrado, en una apretada síntesis, reflejar una situación que se vive y que se vivirá muy delicada.
Los hechos que se desarrollan en los llamados países Arabes, que no es tanto, dominados por fuertes corrientes religiosas con tintes fanáticas son un verdadero peligro en lo inmediato y afectarán aún más los desquilibrios financieros del mundo. Fijate vos que a los países más desarrollados del mundo le interesa en forma directa el alza de los precios de los alimentos, pues les está generando un desequilibrio en sus finanzas internas. Sumale a esta preocupación muy entendible, la suba del precio del petróleo y lo que ello implica en los intereses que participan. Hoy los grandes centros de poder económico que mueven multimillonarias cifras en lo que aquí se llama "fondos buitre" están retrayéndose y recomprando para tomar distancia de lo que pueda ocurrir en TODA ASIA MENOR, AFRICA Y ALGUN OTRO PAIS SUDAMERICANO (argentina?). En estos momentos no tenemos quien gobierne. La economía la maneja moreno y de vido a su antojo y en forma discrecional, el bobo de jacobito más desinteligencias no puede generar, acordate que la relación con Hilary quedó muy mal y ni qué hablar con el morocho. Por otro lado atado a los negocios con Venezuela debe seguir los lineamientos de apoyar a Libia y veremos a quien más. Creo que en lo pronto el dólar va a pegar un salto y no lo van a poder contener y esto sumado a la cefalía que existe va a ser una boma de tiempo que nadie habla, sino murmura en lo bajo.
TE FELICITO POR TU EDITORIAL
Recibe un fuerte abrazo de mi parte.
Atte Fernando

Anónimo dijo...

Brillante!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Alfredo Rivera

Anónimo dijo...

hola enrique,espectacular articulo,coincidimos totalmente,pero hasta hoy,las cosas no tiene solucion y,nos seguimos hundiendo abrazos toño

Anónimo dijo...

De acuerdo BASTA!!!!!!!!!!!!!!
beso grande
Anay

Anónimo dijo...

Estimado Guillermo Enrique ;
seguramente Ud. habra leido este articulo , re-kordando (lamentables) 'misivas' de la señora Presidente..
al leer su muybuen articulo ' Basta ' quiero adherirme en todo.. y , me hace re-kordar de los ultimos dias de la 'revolucion libertadora' (hoy a los 76 tengo memoria)
hubo una instancia cuando los aviones de la Marina 'bombardearon' cerca de la Plaza de Mayo.. los ciudadanos alli presente 'se escabuyeron' como pudieron.. !

ciertamente eran 'otros los autores'.. pero No queremos que ce repitan 'los mismo hechos' - al decir del Dr. Juan Bautista Alberdi : con el poder de los hechos !
Ud cita a R. K. : E imaginad , gentil señor...etc. y , sigue: de repente estalla 'una subversion' ¡ de la noche a la mañana !

g r a c i a s x incluirme en su lista.. lo sigo de cerca , un abrazo irlandes a la distancia .
s . s . s . Peter Rice H.

Anónimo dijo...

Enrique, te has ganado otro muy bien, felicitado!! abrazos. queco

Anónimo dijo...

Coincido totalmente.Ruego a Dios, el pueblo tome conciencia de lo que hará en las urnas.No pueden seguir avasallándonos impunemente y tratarnos como desvalidos mentales.Gracias como siempre Enrique.Un beso.

Jenny

Anónimo dijo...

Bravoooooooooooooooooooooooo!!!

Un beso

María Monguillot

Anónimo dijo...

Lo que sigue a este pensamiento sostiene el presente, nada que se calle es posible repetir..de manera amigo que decir es el presente y hacer la consecuencia...para no hacer lo que los mansos dicen sumision...

no es momento de mansos
vienen por nosotros

pedro

Anónimo dijo...

Me parece increible que nngún politico está enfrentando el gigantesco fraude electoral que está tramando el Ministerio del Interior que por la ley aprobada el año pasado le sacó funciones a la Justicia electoral.En camio están discutiendo las internas que no le intersan a nadie. Saludos- Jose

Anónimo dijo...

APLAUSOS!!!!! Alfredo

Anónimo dijo...

Dr.
Hace tiempo que decimos BASTA !!!, somos Muuuchooos y veremos que encuestadora nos registra.
Coincido con sus conceptos y espero se divulguen.
Aplaudo su valentía.
Laura

Anónimo dijo...

¡Excelente análisis!
Yo me pregunto desde hace rato cuánto tiempo y cuántos errores garrafales más y cuánta corrupción hacen falta para que el pueblo argentino reaccione como corresponde ante tanta desvergüenza, desgobierno y robo descarado a que nos tienen acostumbrados ( desgraciadamente) los KK. Necesitamos deseperadamente justicia, seguridad, salud y HONESTIDAD.
Dios quiera que sepamos reaccionar a tiempo antes que el país se desangre por completo.

Anónimo dijo...

estimado Enrique,
Me parecio excelente.
El llamado a unirse y evitar los personalismos, no ha encontrado en mi caso muchos oidos receptivos, en lo referido a las consecuencias practicas, aunque debo reconocer que se me ha tratado con cordialidad y simpatia, aceptando la linea argumental.
Eso que solamente he tratado de reagrupar el acuerdo civico y social, que es una parte del nucleo opositor, aun cuando fundamental.
A veces parece que no hubiere conciencia del problema.
En mi caso, a veces parece que es ingenuo, mi planteo.
Cuando lo ingenuo es creer que se puede, seguir en lo mismo, sin tremendas consecuencias institucionales.
Un abrazo.
Ricardo

Anónimo dijo...

Hola Enrique,

Está muy bueno tu comentario y lo comparto.

Sin embargo considero que si realmente querés que la sociedad y en
especial los jóvenes digan ¡BASTA! debieras ser más objetivo con la
oposición.

Hace rato que la Coalición Cívica con Lilita y Patricia a la cabeza están
marcando rumbo, abriendo sus proyectos como no lo está haciendo casi
ningún otro. Por lo tanto hablar de "tristísimo espectáculo" de la
oposición solo sirve para ir generando mas dudas y temores a la hora de
decir basta. Si la oposición duda porque lo dice Enrique...y lo dice
xxx.... y lo dice ... y lo dice .... ¿Porqué yo voy a decir basta y
arriesgarme?

Supongo que no hay especulación política detrás de tus palabras pero
quizás, como el Justicialismo ha hecho por decadas un flaco favor a
nuestra democracia, flaqueza que a posteriori no quedó nadie sin sumarse,
pero que NUNCA se puede equiparar al desgobierno que generó el peronismo
que te gusta citar "con los dirigentes a la cabeza o ..." que llegó a esas
sesudas frases que solo un país enfermo puede rescatar. Lo mismo que
"alpargatas si, libros no" que ningún periodista se anima a
desnudar...vuelvo... creo que es hora que si de verdad pretendés que la
sociedad diga ¡BASTA! y que comparto, es hora de que también vos - en tu
lectura sagaz del momento - reconozcas lo que veo que le cuesta a la mayor
parte por no decir - a la totalidad - de los comentarístas y periodistas.
Que por el momento HAY UN SOLO PARTIDO con los huevos suficientes para
lanzarse solos antes que hacer componendas amañadas y bajo un discurso
coherente seguido de actitudes y acciones en linea con ese compro
miso:

Contrato Moral; República y Desarrollo económico con inclusión social.

Hay algunos puntos más en la plataforma pero creo que es suficiente.

Abrazo,

Alejandro

Anónimo dijo...

Enrique, te escribo desde Florencia. Cuánto más recorro el mundo, más "me duele" como dice Marcos Aguinis - la Argentina.
Es cierto todo lo que decís. Muchas veces me he preguntado cómo un país con tantas posibilidades como es el nuestro, continúa tan relegado en el orden internacional... la culpa es nuestra.
Los argentinos somos una rara avis, vivimos sin capacidad de reacción, soportamos y no somos capaces de pasar a la acción, sólo nos quejamos en los lugares de reunión, en los foros de internet o desahogándonos en nuestras propias casas con nuestros seres más queridos... consuelo de tontos.
Cualquier otro pueblo, por mucho menos, hubiera reaccionado con acciones más concretas.
Aunque en realidad, no se si ese sería el camino correcto.
Creo que hay que mantener la democracia y debemos ejercitarla con madurez cívica. Debemos aprender a forzar los cambios con los votos. Debemos aprender a decir basta en las urnas.
Este gobierno está agotado, lo sabemos todos. No creo que se atrevan a falsear lo que quiere el pueblo, más bien creo que los principales referentes tienen ganas de irse con un pasaporte de inmunidad para gastar todo lo que "ganaron" mientras estuvieron en el poder. Me asustan las segundas líneas, que tal vez pretendan continuar el regimen de cualquier manera...
También me preocupa como seguirá la cosa... sin una oposición consistente y con capacidad de manejar el aquelarre que se podrá producir luego del desbande kirchnerista...
Argentina necesita la capacidad de los mejores. Necesita que los mejores se decidan a comprometerse por el futuro del país y de sus hijos. Los "mejores" hoy permanecen callados y encerrados en sus mundos sin vivir la República. Tal vez esa sea la gran diferencia con los mejores tiempos pasados, cuando los mejores se comprometían. Mitre, Sarmiento, Alberdi... tuvieron conciencia de que el país los necesitaba y trabajaron y se jugaron por él.
Creo que necesitamos seguir convenciendo amigos... para encontrar a los mejores. Estoy seguro que existen en alguna parte... lástima que aún no se decidan a jugarse.... Un abrazo, Ricardo

Anónimo dijo...

Señor Avogadro:
Hace algunos años, cuando las topadoras no habían todavía modificado las
barrancas, pude trazar un panorama medianamente exacto de lo que fue.
Acaeció el 2 de marzo de 1811 y fue el bautismo de nuestras armas navales.
Todavía no teníamos bandera, usábamos el estandarte realista, y esto
significó para el comandante de la flota patriota, caído en cautividad,
veinte largos años de prisión cuando las cárceles eran terribles.
La flota nacional estaba compuesta de tres bergantines y era defendida
por algunos cañones costeros.
Pero el almirante realista, el bravo Jacinto de Romarate, contaba con
ocho bien armados y además buenos informantes.
Cuando supo que la novel flota adversaria pensaba orientarse hacia Santa
Fe dejó las aguas orientales y cayó en masa sobre el enemigo.
La flota nacional había sido adquirida en forma no muy clara ante los
oficios de Larrea y Pío White, tampoco puesta en las mejores manos; El
maltés Juan Bautista Azopardo no carecía de valentía pero era
notoriamente inferior en capacidad táctica a Romarate.
Bouchard insistió para que la artillería de defensa costera fuera puesta
en la playa.
Azopardo, después de una acre e inútil discusión, colocó las baterías en
las barrancas.
Cuando las naves de Romarate se lanzaron al ataque, los tiros de los
cañones le pasaron por arriba.
Pronto las naves de la escuadra patriota, superadas por maniobra y
fuego, quedaron fuera de combate.
Azopardo, viendo la cubierta de la nave capitana cubierta de muertos y
heridos, intentó volar la santabárbara y después abrir las bordas a
hachazos.
Rendido Azopardo fue sometido a juicio y argumentó " que había entrado
en lucha con España porque esta se hallaba sometida a Napoleón".
El argumento de la bandera, ya citado, terminó por condenarlo.
Sabiendo de su prisión, que se inició en España y luego prosiguió en una
mazmorra africana, se realizó en la Junta de Buenos Aires una colecta
que se remitió al ilustre cautivo.
Mañana se cumplirán doscientos años del primer combate naval argentino.
Un museo de San Nicolás lleva el nombre del funesto y glorioso encuentro.
Antonio Carlos Regadío.

Anónimo dijo...

Estimado Guillermo Enrique ;
seguramente Ud. habra leido este articulo , re-kordando (lamentables) 'misivas' de la señora Presidente..
al leer su muybuen articulo ' Basta ' quiero adherirme en todo.. y , me hace re-kordar de los ultimos dias de la 'revolucion libertadora' (hoy a los 76 tengo memoria)
hubo una instancia cuando los aviones de la Marina 'bombardearon' cerca de la Plaza de Mayo.. los ciudadanos alli presente 'se escabuyeron' como pudieron.. !

ciertamente eran 'otros los autores'.. pero No queremos que ce repitan 'los mismo hechos' - al decir del Dr. Juan Bautista Alberdi : con el poder de los hechos !
Ud cita a R. K. : E imaginad , gentil señor...etc. y , sigue: de repente estalla 'una subversion' ¡ de la noche a la mañana !

g r a c i a s x incluirme en su lista.. lo sigo de cerca , un abrazo irlandes a la distancia .
s . s . s . Peter Rice H.

Anónimo dijo...

Señor Avogadro:
No era muy amplio el comedor de la calle México.
Pero sí muy iluminado.
Y eso hacía muy visible y atractivo el cuadro.
Mi abuelo, que además de su comercio de cueros andaba entreverado con
masones y socialistas, lo había traído de algún lugar culto pero ignorado.
Adelante marchaban dos peones cuyanos asistidos por bastones. Homenaje
del pintor al pueblo que apuntalaba la hazaña.
Detrás, en el centro con alguna inclinación a la izquierda, avanzaba el
héroe montado en esforzado caballo, cubierto de espesas ropas, con el
rostro ceñudo bajo el gorro aplanado de oficial. No demasiado detrás,
casi a la par otro valiente con casi similar indumentaria, montado en un
corcel parecido.
Los guías parecían hender las gruesas piedras con sus cayados y tras el
dúo de célebres oficiales, la montaña sombría parecía abrirse tan negra
como respetuosa.
Alguna vez mi abuela, esa abuela veneciana de nervudas manos venerables,
me sorprendió mirando aquella escena que me parecía, a mis escasos ocho
años asombrosa, con esa fascinación de los amores primeros, y a la vez
terrible.
No era para mí, para mis ojos llenos de atracción y mi alma, aquel
cuadro familiar algo extraño.
Era una presencia, un trozo de vida.
Mi abuela , la siento con su carrada de platos y tintineo de cucharas,
agitando su delantal colorido, llegar a mis espaldas y susurrarme el
nombre del ilustre militar que desgarra la helada bruma con su
presencia: es San Martín
Y después me nombra a su ilustre compañero: el chileno O'Higgins.
Yo terminaba mi contemplación, porque había algo de religioso en mis
pupilas y mi sentimiento, apreciando a ese pueblo caminante que precedía
a los capitanes homéricos.
El 25 de febrero pasado yo encendí la televisión; era media tarde.
En ella un estúpido semi desnudo se internó en un monte tan falto de
sentido como sus obscenos alardes de tontería.Las risas enfermas y
necias, risas vacías e inmotivadas, acompañaron con gracia muy escasa al
tonto.
Me invadió una vergüenza profunda.
Porque aquel cuadro de mi niñez me enseñó, en gran parte, a ser argentino.
A diferencia de este cuadro.
De estupidez insana.
Ni una sola palabra dijo la señora presidenta de la grandeza del prócer.
Por eso doy por sentado que la tragedia y la comedia tienen cópula en
nuestra tierra.
Y ruego porque no se atavíen de púrpura.
Antonio Carlos Regadío, profesor de Historia.

Anónimo dijo...

Mi muy ahora estimado Enrique:
Debo confesarte que al leer tu mail, me quedé más que impresionado por la claridad con que describís la triste situación de nuestro querido país que los corruptos de siempre trataron de destruir y los peores son esta basura de la generación K, perdono a los jóvenes que creen sus mentiras porque cuando los "Jóvenes idealistas" trataron de copar el país con su inmunda guerrilla, todavía no habían nacido y esta manga de delincuentes les han lavado el cerebro con todas sus asquerosas mentiras, pero todavía tengo una esperanza y es que las mentiras tienen patas cortas, espero que nustra juventud y los no tan jóvenes tengan un poco mas de memoria, se informen bien y se den cuenta que estamos gobernados por una mafia, que incluye tanto al gobierno como a los sindicalistas.

Con mucha admiración por tus palabras
Te mando un fuerte abrazo
Raúl Osvaldo Tórtora