lunes, 25 de julio de 2011

Otro clavo para el ataúd

Otro clavo para el ataúd











“Podría hablarse de ello con tristeza e indulgencia









si no fuera porque había sacado miles de millones









de las arcas del Estado, cometiendo –él y su gente-









estos actos de rapiña en medio de cementerios de









gente muerta por hambre, cementerios que se









veían desde las ventanas del palacio”
Ryszard Kapuścińki











Pido anticipadas disculpas por la autorefencia en la que se convertirá, a poco de comenzar, esta nota. Pero no la realizaré a título de vanagloria sino, en la medida en que mis pronósticos son confrontados diariamente con los resultados de supuestas encuestas, para fortalecer la esperanza de la ciudadanía en un cambio de rumbo para la República.

Nuevamente ayer, en Santa Fe, las empresas de compulsa de opinión, aún las más serias, erraron en sus proyecciones, algunas por distancias enormes. Ese fracaso se suma a la propia interna del PJ unido en Santa Fe (cuando dieron ganador a Bielsa, que salió tercero), a Tierra del Fuego (cuando anunciaron que la próxima Gobernadora sería la Diputada Bertone), a la Ciudad Autónoma (cuando nadie pudo predecir los veinte puntos de ventaja que obtuvo Macri),

Hasta ayer a la mañana, es decir el propio domingo de las elecciones santafecinas, los analistas –reales o presuntos, serios o alquilados- nos hicieron saber, amparados en que la veda electoral sólo regía para la Provincia que concentraba todas las miradas, que el orden de mérito favorecería fuertemente a Bonfati, candidato del Frente Progresista, y que los otros dos mayores competidores, Torres del Sel –del Pro- y Rossi –del FpV- pelearían voto a voto por el segundo lugar.

Como se vio, no solamente no fue así sino que el actor, recientemente devenido candidato electoral, lideró las posiciones hasta casi la medianoche.

Esas mismas empresas de medición de opinión pública son las que soportan, diariamente, el “ya ganó” oficial. ¿Por qué creerles ahora, cuando venimos de ver cómo se equivocan tan fiero o, lisa y llanamente, mienten?

Desde estas columnas dije: “Dentro de diez días, el 24 de julio, la elección de Santa Fe seguramente pondrá a don Agustín Rossi, abandonado y solitario representante del FpV en la Provincia, en el tercer lugar, después de Bonfati, socialista, y de Del Sel, del PRO, cualquiera sea el orden en que éstos terminen”. Esa nota, que puede verse en mi blog (http://egavogadro.blogspot.com/2011/07/cristina-y-sus-catastrofes.html) y que fue publicada por dieciséis medios electrónicos argentinos y uno venezolano, no me convierte, ni pretendo que lo haga, en un gurú de la política, y su referencia sólo viene a cuento para justificar por qué dudo de las encuestas.

El gran perdedor de ayer fue Binner quien no sólo vio ganar a su delfín por estrechísimo margen –menor a 4%- sino que tendrá que contemplar como Bonfati intenta gobernar sin mayoría propia en ambas cámaras de la Legislatura, cosa que no ha sucedido nunca. Tampoco resulta un sapo fácil de tragar esa pequeña diferencia para los distintos partidos que forman su Frente Progresista, del cual el radicalismo es el principal componente; es que la gente del interior provincial, esencialmente fieles al partido de Alem y de Yrigoyen, tampoco vieron con buenos ojos la traición del socialismo en las provincias de Córdoba y Buenos Aires, y algunos votos de Barletta se les perdieron por el camino a ese Frente.

Don Rossi soportó, tal como lo predije en la misma nota, una fuga muy importante de votantes del PJ en la interna, aquellos que acompañaron a Perotti en su pseudo patriada y que no lo siguieron cuando se dejó “convencer” por la Casa Rosada para encabezar la lista de diputados nacionales del FpV. El campo, masivamente, trasladó sus votos al PRO y en esa mudanza no resultó un dato menor el comentario de Reutemann, cuando aclaró que siempre ha sido peronista y nunca kirchnerista. También dije, y el resultado de ayer me dio la razón, que la visita de la señora Presidente el martes a Santa Fe y, sobre todo, sus dichos anti-Binner, actuarían como un salvavidas de plomo sobre la candidatura del “Chivo” Rossi.

Un párrafo aparte merece el fuerte triunfo de la señora Bielsa como primera candidata a Diputado provincial por el FpV. La hermana del ex Canciller y del ex DT de la selección de fútbol no pertenece –pese a que, obviamente, no será reconocido por los lenguaraces de doña Cristina- a la propia tropa del “cristinismo”. Su victoria proviene, en realidad, de la presencia mayoritaria del PJ federal de la Provincia; sucede, entonces, que su elección responde, con exactitud, a la realidad local, en este caso no traspolable al nivel nacional, y así debe ser leído.

Todo esto, obviamente, se relaciona con mi firme convencimiento de que el FpV perderá las elecciones de octubre y noviembre y, sobre todo, de que doña Cristina, que de tonta no tiene un pelo, no se presentará para caer derrotada y, ni siquiera, para asumir ese riesgo.

El próximo domingo, si es que la señora Presidente no ordena a su representante renunciar, habrá ballotage en la ciudad de Buenos Aires. El pobre Filmus –con quien no coincido, pese a reconocerlo como un político probo- sufrirá un castigo inimaginable hace pocos días. No sólo ha recibido el fuerte fuego amigo que le dirigieron los ¿intelectuales? de Carta Abierta sino que ha debido soportar las “colaboraciones” de don Fito Páez y don Anímal Fernández. Ese cúmulo de buenas noticias, al cual la informada ciudadanía porteña accedió con facilidad, será acompañado por el natural voto triunfalista que llevarán los vientos santafecinos a las arcas del PRO.

Como la prudencia no es una de las escasas virtudes que me adornan, me atrevo a pronosticar un resultado que se parecerá al 68% - 32%. O sea, una nueva catástrofe para el “cristinismo”, que necesita al menos de un 40% para mantener infladas las velas del “ya ganó”.

Luego, llegará la ya demostrada –por la ausencia de candidatos propios- debacle cordobesa. A pesar de no acompañar de cerca el tema provincial, algunos amigos mediterráneos me dicen que Aguad podría dar una sorpresa, reverdeciendo las esperanzas de Alfonsín de resultar segundo en las primarias de agosto.

Hoy, en la foto –no en la película- debe pelear ese lugar con Duhalde, a quien el enorme porcentaje de votos obtenidos ayer por Del Sel, más muchos del PRO porteño, acompañarán el 14. Los “barones” del Conurbano también remarán para evitar ser enterrados con el ataúd del “cristinismo”, al igual que varios gobernadores, hoy encubiertos aliados del “Cabezón”.

No quiero transformar en realidad una mera expresión de deseos pero, si tan incierto resulta hoy el triunfo de doña Cristina en octubre, ¿no cabe la posibilidad de que salga tercera en agosto? Es poco probable pero, con certeza, posible.

No dudo, ni por un momento, que doña Cristina debe estar soportando una enorme presión de los delincuentes que forman parte de su banda para que no abandone la carrera presidencial, ya que muchos de ellos terminarán presos y pobres. Sin embargo, la fuerte personalidad de nuestra señora Presidente se impondrá, a último minuto, para evitarle la ya segura derrota en las urnas.

Los dados están rodando nuevamente. Y todos los tiros con grandes apuestas la han encontrado perdidosa.

Tal vez, sólo tal vez, nuestros amigos economistas puedan decirnos, a partir de ahora, cuánto dinero, proveniente de los cofres non sanctos de estos corruptos, se fugará de la Argentina antes de diciembre. Será un buen termómetro para medir la real fe de los bandidos en un nuevo período presidencial de la viuda de “Él”.

La otra forma de evaluar esa situación será el comportamiento de los “capitanes” de la industria. Son, salvo honrosísimas excepciones, prebendarios, corruptos y, sobre todo, pusilánimes. Pero no comen vidrio. El natural temor a equivocarse y quedar a la intemperie en el paraíso gubernamental hará, con certeza, que repartan sus huevos en diferentes canastas; el diferente tamaño de esos huevos dará la verdadera pauta de su pensamiento.

Los argentinos tenemos, por delante, dos semanas de gran stress, pero estamos acostumbrados a soportarlo individualmente y a sobrevivir. Falta sólo saber, entonces, qué sucederá con la República.










Bs.As., 25 Jul 11


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lunes, 18 de julio de 2011

El funeral del "cristinismo"

El funeral del “cristinismo”













“¿Cuántas muertes más serán necesarias











para darnos cuenta que ya fueron demasiadas?”
Bob Dylan













Los argentinos, en general, parecen haber olvidado que, en un acto francamente delictivo, doña Cristina se permitió calificar a la señora Sara Herrera de Noble de “apropiadora” de hijos de desaparecidos desde una tribuna pública y que llegó al extremo de informar, urbi et orbi, que acompañaría a doña Estela Carlotto si ésta llevaba el reclamo de las Abuelas de Plaza de Mayo a tribunales internacionales.

Tal como sostuve tiempo atrás que ocurriría, los herederos de la dueña de Clarín acaban de propinar al Gobierno un golpe de tal magnitud que, en cualquier país serio, hubiera provocado su inmediata caída. Más grave aún, lo han hecho contra la bandera más exhibida –inventada y manipulada- desde mayo de 2003 a la fecha: los derechos humanos de los terroristas criminales.

La persecución y el hostigamiento sufrido, durante más de ocho años por estos jóvenes, a los cuales se les negó hasta el derecho personalísimo a decidir sobre su propia identidad, han sido castigados grave y muy oportunamente. La pertinacia actual del Gobierno y de doña Estela en continuar con estas iniquidades, sólo para evitar tener que admitir en época preelectoral las canalladas cometidas, complicarán aún más este panorama.

Lo mismo ha sucedido con doña Hebe que, más temprano que tarde, deberá arrastrar su voluminosa anatomía por los Tribunales, después de verse impedida de realizar su consabida marcha en la Pirámide por obreros de su Fundación, a los cuales estafó incorporándolos a la multitud de argentinos que, con sus inexistentes casas o con sus impuestos, solventaron aviones, yates y automóviles de lujo (¿también tráfico de drogas?).

Las habituales “gargantas profundas” que existen en todos los ámbitos están contando, por estas horas, que la filtración que llegó a una redacción e hizo estallar el escándalo de las Madres de Plaza de Mayo y sus administradores parricidas surgió del entorno de don Hugo “Camión” Moyano, inquieto por la prescindencia del Gobierno respecto a su situación judicial y la confesa intención de reemplazarlo, al frente de la CGT, por don “Fratacho” Martínez.

Tal vez, sólo tal vez, haya tenido idéntica procedencia el resurgimiento de las versiones que vinculan al conductor de la UOCRA –preferido por la señora Presidente para llegar al sillón de don Hugo- con la represión a la guerrilla de los 70´s; también quizás no haya sido casualidad, sino una reacción contraria, la detención de don Carlos Quintana, Diputado por el FpV y jefe de UPCN de la Provincia de Buenos Aires, intentando viajar a Montevideo con US$ 60.000 escondidos.

Siempre digo que, mientras la mayoría de los gobiernos anteriores robaron dinero, los Kirchner han robado empresas y actividades enteras. Para evitar los cuestionamientos de la sociedad, la embaucaron, precisamente, con las banderas de los derechos humanos que, ahora, se han mostrado tal como son: falsos instrumentos, arrastrados por el fango de una maquinaria creada para ello.

Don Lorenzetti, primus inter pares de los ministros de la Corte Suprema de Justicia, o sea, la cabeza de esta inJusticia tan tuerta, debiera renunciar ya mismo a su cargo, después de haber confesado públicamente que había llegado a un “acuerdo” con el Gobierno –cuando el Poder Judicial debe ser el refugio natural de los ciudadanos frente al Ejecutivo- para aplicar “¡idénticos criterios y políticas!” en los llamados juicios de “lesa humanidad”. Y por haber permitido que la Casa Rosada, y hasta sus funcionarios de tercer nivel, impunemente, ignoraran y desconocieran sus fallos y sentencias.

Estos dos episodios (Schoklender/Bonafini y Noble-Herrera/Carlotto) serán algunos de los clavos que llevará el ataúd político del “cristinismo”. La estúpida creencia en los neo-pseudo-idealistas de La Cámpora como poseedores de números mágicos, los agravios recibidos por el peronismo en la confección de las listas, los vetos al 82% de los jubilados y las agresiones propinadas a los opositores de todo tipo y color también contribuirán a este entierro.

Claras demostraciones del olor a muerte que rodea hoy al “cristinismo” las constituyen tanto la nueva gira artística que ha emprendido don Alberto Fernández por cuanto programa político puede, donde aprovecha para criticar a la viuda de Kirchner hasta en arameo, como el enojo y la bronca de don Horacio “Perro” Verbitsky en Página 12 del domingo pasado, la columna en la cual la señora Presidente abreva como si fuera la Biblia.

Parte de las velas del próximo velorio son, sin lugar a dudas, los incidentes causados en ocasión del descenso de River, y el poco feliz desempeño de la Selección en la Copa América, cuya victoria hubiera permitido un nuevo abuso de la cadena nacional y un resurgimiento del triunfalismo oficial.












Bs.As., 19 Jul 11



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jueves, 14 de julio de 2011

Cristina y sus catástrofes

Cristina y sus Catástrofes









“La verdad es siempre lo que es, y sigue







siendo verdad aunque se piense al revés”
Antonio Machado









Contra lo que podía suponerse, mi convicción acerca de que la señora Presidente, finalmente, no se presentará el 23 de octubre a la reelección, siempre tuvo componentes fácticos y racionales; no se trató, en resumen, de una mera expresión de deseos. Como recordará quien haya leído mis notas en el curso de este año, las razones que he dado para ello provienen de cuatro vertientes: políticas, matemáticas, económicas y personales; por conocidas, no me referiré a estas últimas.

Las primeras tienen que ver con la relación entre este neo-kirchnerismo (el “cristinismo”) y el PJ y sus estructuras tradicionales. El cierre de las listas, producido el 24 de junio, dejó muchísimos heridos políticos y territoriales que, obviamente, poca voluntad podrán poner en juego a favor de quien produjo el daño. Doña Cristina no solamente “ninguneó” a los caudillos territoriales imponiendo nóminas sembradas de militantes rentados de La Cámpora, sino que su vocación suicida la llevó a dejar en el camino a quienes fueron sus primeras espadas legislativas: los hermanitos Rossi, en Santa Fe, Patricia Fadel, en Mendoza, y el Senador Fernández, en Santa Cruz, el Senador Pampuro, en Buenos Aires.

Lo mismo hizo con el PJ de la Capital, habitualmente perdidoso es cierto, pero que castigó al delfín Cabandié cortando en perjuicio de éste, en un 50% de los casos, las boletas que llevaban como buque insignia al Senador Filmus. Esta agrupación juvenil de tan tergiversado nombre demostró así que es numéricamente impotente para ayudar a la señora de Kirchner en sus momentos más comprometidos.

A pesar de la habitual flema de don Danielito Scioli a la hora de tragar sapos, el PJ de la Provincia de Buenos Aires y sus más importantes representantes –los “barones” del Conurbano-, que ya soportó con estoicismo y preocupación el castigo recibido en 2009 por capricho de don Néstor (q.e.p.d.), viendo como sus propios cargos entraban en zona de turbulencias por la pérdida de esenciales asientos en sus consejos deliberantes, acompañarán otra vez al kirchnerismo hasta la puerta del cementerio, pero no se enterrarán con él. La mejor expresión de esa certeza la dio el Senador Verna, al renunciar a la candidatura a Gobernador de La Pampa.

Por su parte, la CGT y la escasez de conquistas –salvo las estrictamente personales y familiares- que don Hugo “Camión” pudo aportarle con su política, está haciendo que los viejos rencores hayan comenzado a aflorar. En el camino, han quedado las candidaturas de don Plaini y de don Piumato, y la central gremial sólo puede exhibir a Amor, en la Capital (en realidad, hombre de don Amado), y a don Moyanito, en la Provincia de Buenos Aires. ¡Magro saldo para tanta sumisión y complicidad! Los “gordos”, que ya venían con la paciencia agotada de soportar la presión del camionero para robarles afiliados, se lo harán pagar en julio próximo, cuando se reúna el Confederal, pero antes dudo que hagan demasiados esfuerzos en pos de un “cristinismo” en declinación.

Nuestra egregia primera mandataria acaba de recibir una muestra, fuerte por cierto, de lo que le espera. Los veinte puntos porcentuales que Macri obtuvo de ventaja sobre Filmus no hicieron más que trasparentar cuántos ciudadanos argentinos están hartos de la corrupción, de la impericia y de la prepotencia de los Kirchner. Además, puso en tela de juicio –por decir poco- los análisis de las encuestadoras pagas por el Gobierno, esas que inventaron el ahora insostenible “¡ya ganó!”.

Dentro de diez días, el 24 de julio, la elección de Santa Fe seguramente pondrá a don Agustín Rossi, abandonado y solitario representante del FpV en la Provincia, en el tercer lugar, después de Bonfati, socialista, y de Del Sel, del PRO, cualquiera sea el orden en que éstos terminen. También allí la “piantavotos” presencia de La Cámpora dejará sus envenenados frutos.

Luego, el 31, llegará la nueva catástrofe porteña de Filmus, otro dejado a la mano de Dios por doña Cristina, pero que será obligado por ésta a incinerarse en el altar de este suicidio irracional del Gobierno. También en la Ciudad Autónoma hay muchos heridos que, a la hora de la verdad, buscarán nuevos palenques para rascarse.

Sólo siete días después, en Córdoba, donde el kirchnerismo no ha podido siquiera presentar un candidato propio a Gobernador, ni arreglar con el PJ local de De la Sota-Schiaretti por su cerril tentativa de imponer candidatos extraños, tampoco podrá ser exhibido como un triunfo de la Casa Rosada. La payasada de don Randazzo en Tierra del Fuego, cuando embarcó en el avión para levantar el brazo de la señora Bertone y aterrizó intentando hacer aparecer como propia la victoria de la actual Gobernadora, no resultará posible en esa Provincia, donde los candidatos de don Néstor (q.e.p.d.) salieron cuartos en la última elección.

La independencia demostrada por Urtubey, en Salta, que ha demandado, en este momento tan especial, al Gobierno federal por el cuentagotas con que recibe la energía que la misma Provincia produce, y la baja performance que hará el kirchnerismo en Mendoza, tampoco son buenas señales para la continuidad del sueño “cristinista”. Aún en las provincias chicas donde ya ha habido elecciones, y en las que el oficialismo central las ha ganado, los votos obtenidos esta vez fueron menos que en las anteriores, salvo en Misiones.

Con esa suma de catástrofes consecutivas, doña Cristina llegará a la fecha crucial del 14 de agosto que, indudablemente, funcionará como primer turno electoral.

Con total prescindencia de la voluntad –de la que en ningún momento dudo- de Raúl Alfonsín y de Eduardo Duhalde de acordar un gobierno de colaboración y, el 15 de agosto, hasta de un renunciamiento heroico a favor de quien haya resultado primero en esas primarias, la ciudadanía en general ejercerá un “voto útil” en ese sentido el 23 de octubre, y aún dispondrá de la segunda vuelta electoral para ratificarlo.

Desde el punto de vista económico, los gruesos nubarrones que se ciernen sobre Europa, en general, y sobre Grecia, Italia, España y Portugal, en concreto, sumados a los que, a su vez, están empañando la débil recuperación de los Estados Unidos, no auguran nada bueno para el futuro mundial, y podrían traer aparejado un marcado descenso en las cotizaciones de todos nuestros productos exportables; ese fenómeno, de producirse, no sólo afectaría a la Argentina sino a todos los países emergentes, básicamente exportadores, pero nos golpeará más fuerte que a éstos, ya que el kirchnerismo dejará una economía recalentada, débil y sin reaseguros anticíclicos.

Aún sin una crisis externa, el saqueo a la Anses y al Banco Central llevan años dando muestras de que el “modelo” se ha agotado, si es que alguna vez existió como tal, y que ha llegado la hora –para cualquier gobierno razonable y serio- de pagar la cuenta del despilfarro y el latrocinio. Si un heredero del “palo” de doña Cristina, contra toda mi certeza y mis pronósticos, lograra conservar el poder por un nuevo período, sólo tendría a disposición para estirarlo en el tiempo la herramienta de profundizar el populismo y estatizar el comercio de granos, al estilo de un nuevo IAPI.

De todos modos, la inflación está llegando a niveles insoportables, la pobreza y la indigencia del 40% de la población se han convertido en endémicas, los precios de la energía importada han convertido a los subsidios en inviables a mediano plazo (el martes fue anunciada una ampliación de $ 6.000 millones, que sólo alcanzará para un trimestre), la oferta de bienes no aumentará por la falta de inversiones, el país no podrá recurrir al crédito externo para financiar sus déficits, etc., etc., etc.

Cuando sostengo que todas esas razones harán que doña Cristina, que no se presentará para perder las elecciones ni querrá pagar los platos que ella y su marido han roto en tal medida, desistirá finalmente de su candidatura presidencial, ya que no la tengo por tonta, en general se me responde que, a la Presidente, su entorno le hace llegar cada día “el diario de Yrigoyen”. Con franqueza, lo dudo; don Hipólito carecía de televisión y de Internet, pero la viuda de Kirchner dispone de esas gigantescas posibilidades de enterarse, más allá de la obvia presión de sus cómplices para que no abandone el barco.

Si eso fuera así, doña Cristina estaría creyendo los resultados que ofrecen –al mejor postor- las mismas encuestadoras que erraron tan fiero en Tierra del Fuego, en la interna del PJ de Santa Fe y en la primera vuelta de la C.A.B.A. Es decir, “compraría” el mismo “pescado podrido” que nos vende su aparato día a día.

Desde otro ángulo, la deserción de los verdaderos militantes de los derechos humanos, asqueados por los robos de doña Hebe y los parricidas y por el uso que ha hecho doña Cristina del tema en la pelea contra Clarín –que ha sometido a diez años de indecencias y persecuciones a los jóvenes Noble Herrera y, recordemos, llegó a acusar de secuestradora a la señora Sara Ernestina Herrera de Noble- también pegará duro en la caparazón del kirchnerismo, aquí y en el exterior.

Porque, más temprano que tarde, la ciudadanía entera tomará conciencia plena sobre cómo influye la inédita corrupción de este Gobierno en su propia vida cotidiana. Se dará cuenta que, como consecuencia directa del robo y del saqueo al que la familia imperial ha sometido al país, sus hijos mueren de desnutrición en Salta y en Misiones, las escuelas y los hospitales se caen a pedazos, no tienen viviendas dignas ni trabajo formal, viajan como ganado, penan por gas, nafta y gasoil y carecen de rutas, cloacas y agua potable; y todo eso para que doña Cristina y sus cómplices tengan más aviones, yates, hoteles, casinos, empresas, autos y motos.

El domingo pasado, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el pueblo argentino –ese que hoy carece de laureles y que no es saludado con dignidad por los libres del mundo- comenzó a decir ¡basta!

Para concluir, simplemente un párrafo a los opositores. Los habitantes de este triste país los estamos mirando: esperamos de ustedes una grandeza sin la cual será imposible que la República recupere el futuro.

El estado en que los Kirchner dejarán a la nación y a sus instituciones, requerirá del concurso de todos los hombres dignos de ese nombre. Quien resulte elegido el 23 de octubre deberá constituir un gabinete con los mejores, sean éstos del partido que fueran, para evitar caer en una más de las recurrentes crisis argentinas. A eso debemos apuntar todos los ciudadanos de a pie: a exigir a nuestros representantes que lo hagan, que terminen con las mezquindades del pasado y con los personalismos estúpidos.

El momento internacional, con un dólar débil y precios sostenidos de nuestras exportaciones, y con la salvedad de una caída generalizada en la eurozona o un mini-default norteamericano, hará que las medidas correctas, seriamente aplicadas y con una garantizada seguridad jurídica (que implicará, también, poner en el banquillo a varios jueces de todos los niveles), nos evite un conocido “infierno”, como le gustaba decir al difunto.

Si lo hacemos, Dios volverá ser argentino.









Bs.As., 14 Jul 11





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domingo, 10 de julio de 2011

El frío y la cola

El frío y la cola






“La diferencia fundamental radica en que,




entre los pueblos sajones, la cosa pública




pertenece a todos y, entre los latinos,




a nadie”
Guillermo Lousteau Heguy






Es simple, en realidad. Hay que hacerle una pregunta a todos los argentinos: ¿sabe Ud. cómo se relaciona el frío que pasa en su casa (o la paralización de su fábrica o el precio de la garrafa que debe comprar) o la cola para comprar nafta (o para comprar gasoil para su cosechadora) con la corrupción del Gobierno y los robos de los Kirchner?

Podemos establecer el origen del problema en la privatización de YPF, promovida por don Carlos Menem y habilitada por una ley del Congreso, después que don Néstor (q.e.p.d.) hiciera un fuerte lobby entre los gobernadores de las provincias petroleras a favor de la norma.

No está demás recordar que, en pago de ese esfuerzo –y, por escrito, condicionado al éxito del mismo-, Santa Cruz recibió del Gobierno central la bonita suma de quinientos millones de dólares que, en poco tiempo y por la venta de las acciones de la empresa privatizada, se transformaron en algo parecido a los mil doscientos millones de esa moneda.

Digo que no está de más, porque esos son los famosos “fondos de Santa Cruz” que, a casi veinte años vista, siguen desaparecidos, después que Kirchner se los llevara al exterior y los pusiera a su nombre personal.

Desde 2003, cuando se instauró en la Argentina este maravilloso “modelo de inclusión y distribución con matriz productiva diversificada” (rimbombante nombre para el peor saqueo sufrido por nuestro triste país), comenzó a congelar las tarifas, castigando duramente a los productores nacionales de petróleo y, sobre todo, de gas, al cual se paga US$ 2,5 por millón de unidades de calor del combustible extraído aquí, mientras se reconoce US$ 7 al que lo hace en Bolivia, por ejemplo.

Ese generalizado castigo –recuérdese la persecución a Shell en la persona de su Presidente- hizo que las compañías petroleras comenzaran a mirar con muy buenos ojos toda posibilidad de emigrar de la Argentina. En ese sentido comenzó a trabajar Repsol, víctima también del talibán don Guillermo Moreno, para entonces ya instalada como importante player de la actividad en varios países del mundo, incluyendo a Latinoamérica.

Y aquí comienza a actuar nuestra gravísima corrupción, que hoy tanto nos complica a cada uno de los argentinos.

Después de varios intentos de desprenderse de YPF, al menos parcialmente, todos frustrados por indicación de don Néstor (q.e.p.d.), éste señaló como alegres y necesarios compradores de una parte de la empresa a la familia Eskenazi, que nunca había tenido nada que ver con el petróleo.

Si no fuera dramático, resultaría hasta cómico recordar que, en el contrato por el cual Repsol vendió el 15% de YPF a esta querida familia, justificó –por escrito- la decisión, señalando que contaba con experiencia en trabajar en “¡mercados regulados!”. En lenguaje sencillo, ¡era experta en “negociar” con el poder!.

No terminó allí la curiosidad del contrato de venta. Repsol, ante la imposibilidad de los Eskenazi de conseguir el dinero necesario para la compra, simplemente se los prestó. Es decir, los compradores se hicieron de la empresa pagando con fondos de los vendedores.

Por si eso hubiera sido poco para llamar la atención, los españoles cedieron a los argentinos el manejo de toda YPF; quienes sólo habían comprado el 15% pasaron a administrar el 100%. ¡Notable generosidad!

Había llegado el momento de pensar en devolver el préstamo recibido de los muchachos de Repsol y todos, sentados en la mesa, se pusieron de acuerdo en hacerlo por la vía de una más que exagerada distribución de dividendos. Para que se entienda fácilmente, YPF dejó de invertir en exploración una gran parte de sus ganancias –como hacen todas las petroleras del mundo- para repartirlas entre sus accionistas.

Los españoles quedaron encantados con la solución propuesta. No sólo comenzaron a cobrar el préstamo otorgado a los Eskenazi –con el 15% que éstos retiraban- sino que el sistema habilitaba para que la propia Repsol se llevara el 85% de las ganancias que le pertenecían. Si recordamos el interés de la empresa mandarse a mudar de la Argentina, realmente tuvo mucho que festejar.

Pero, claro, siempre alguien debe pagar la cuenta. Y esa cuenta se tradujo en la sobreexplotación de los yacimientos conocidos, consumiendo reservas de gas y petróleo, y la práctica paralización de las tareas de exploración, indispensables para reponer esas mismas reservas. De doscientos pozos anuales para buscar, YPF pasó a perforar dos.

Baste con decir que, en el período 2002/2009, como nunca había sucedido en la historia argentina, la descapitalización nacional por la pérdida de reservas llegó a los cien mil millones de dólares; esta cifra es la que el país debería invertir para recuperarlas. Argentina dejó de ser un país autosuficiente para transformarse en un neto importador de energía, en un momento en que los precios son altísimos.

Llegamos, entonces, a la actualidad. Como, además del tema concreto de YPF, el congelamiento de las tarifas a toda la industria petrolera hizo que ésta también dejara de invertir, tanto en exploración cuanto en refinación, transporte y distribución, el Estado compensó ese déficit energético importando combustibles que, como es lógico, tienen precios internacionales; para que esa diferencia con los precios internos dibujados por don Guillermo Moreno no golpeara directamente a los consumidores, impuso los famosos subsidios. En resumen, todos pagamos, vía impuestos, el precio real, pero no nos damos cuenta. ¡Qué locura!

Pero resulta que, pese a todo, las importaciones no alcanzan para cubrir la demanda, amén del costo sideral que significan, y por eso tenemos faltantes de gas, de gasoil y de nafta. Pongo a disposición del lector que lo solicite el lapidario informe que, esta semana, produjeron los ochos secretarios de Energía anteriores, de todos los signos políticos y recomiendo, enfáticamente, la entrevista que le hizo Magdalena Ruiz Guiñazú a uno de ellos, Jorge Lapeña, y que publica Perfil de hoy.

No está demás recordar, en este momento, que los subsidios a los que hice referencia son tan disparatados que permiten que yo pague $ 40 por bimestre el gas que consumo en mi casa, mientras que mi mucama debe pagar una cifra mensual tres veces superior, ya que no tiene acceso a los gasoductos y debe comprarlo en garrafas.

Tampoco lo está mencionar que este Gobierno, que ha hecho del desendeudamiento (falso, por cierto) una de sus banderas, nos ha endeudado, a cien días de dejar el poder, en cincuenta mil millones de dólares con Qatar, un país del Golfo Pérsico, por la compra de gas licuado a veinte años vista. Y todo ello sin que se nos haya informado cuánto se ha pagado por el combustible y, por supuesto, sin licitación internacional de ningún tipo. ¿Nadie se pregunta por qué lo ha hecho?

Ese escenario no hace más que reproducir el que montó el kirchnerismo con el gasoil teóricamente importado de Venezuela, que fue de mucho peor calidad, más contaminante y más caro que el que, a la vez, Argentina exportó en el mismo período.

Estoy trabajando, como se sabe, en una campaña destinada a hacer entender a todos, especialmente a aquéllos a los cuales su diaria batalla por la supervivencia impide leer los diarios, cuánto afecta la corrupción del Gobierno su vida diaria, y cuánto ésta podría mejorar si la primera no existiese. Lamentablemente, el tema energético –uno de los más importantes- no puede ser reducido, para su explicación, a la mera contraposición de dos fotos.

Si no permitiéramos que -antes don Néstor (q.e.p.d.) y hoy doña Cristina- nos sigan robando como lo hacen, si recuperáramos la seguridad jurídica de la que nos han despojado, en relativamente poco tiempo podríamos dejar de penar por la falta de nafta para nuestros automóviles, por la falta de gasoil para nuestras cosechadoras y tractores, y por la falta de gas para nuestras casas y nuestras industrias.

De nosotros depende. Las encuestas nos dicen que, en tren de mantener el status quo, los argentinos votaremos por el oficialismo en todas partes. Es decir, que quienes voten hoy por Macri o por Estenssoro o por Giudice o por Solanas -en la Ciudad Autónoma-, el 24 por Bonfati o por Del Sel –en Santa Fe- o el 7 de agosto por De la Sota o por Juez o por Aguad –en Córdoba-, el 14 de agosto por Duhalde o por Rodríguez Saa o por Carrió –en las primarias-, votarán el 23 de octubre a doña Cristina en todo el país. Realmente, me parece una absurda hipótesis.

Creo que quienes estamos hartos de este desgobierno, tan corrupto como ningún otro en nuestra historia, propinaremos un golpe mortal al pretendido desfile triunfal del oficialismo, y que lo haremos cada vez que nos pongan una urna delante.

Es indispensable, por el futuro de la República, que eso suceda. Nadie lo ha explicado mejor que Santiago Kovadloff en su nota del 30 de junio en La Nación (http://www.lanacion.com.ar/1385523-la-constitucion-o-el-delito) Es esto lo que está en juego: nuestra supervivencia como país civilizado y democrático o nuestra franca conversión en un feudo con “socialismo del siglo XXI”, imitando a la Venezuela de Chávez. Sólo de nosotros depende.





Bs.As., 10 Jul 11




domingo, 3 de julio de 2011

Un avión más = un hospital menos

Un avión más = Un hospital menos















una fortaleza sin guarnición”.
















Dentro de muy pocos días, concretamente el 14 de agosto, nuestra suerte como sociedad comenzará a jugarse en el terreno electoral; considero indispensable que, para entonces, los argentinos hayamos recuperado la memoria.

No es la primera vez que digo que el sistema de comunicación del Gobierno, y su lenguaje, me genera una admiración total. Sin pretender establecer teoría conspirativa alguna, los episodios producidos en el estadio de River y sus alrededores el pasado fin de semana, permitieron que, en la práctica, el peor episodio de corrupción de la era kirchnerista –no por su monto sino por los involucrados- pasara a las páginas interiores de los diarios, sin que doña Cristina y doña Nilda, su Ministro de Seguridad, tuvieran que pagar costo político alguno.

Cuando converso con desconocidos –taxistas, mozos, empleados de comercio, etc.- me llama profundamente la atención cómo han sido borrados tantos hechos y tantos personajes que, enriqueciéndose sin medida alguna y robando para la corona de turno, fueron tapas y emblemas de éste, el peor período de corrupción nacional. Tal vez, y ya que esa sensación ha sido ratificada por la encuesta de Poliarquía que publica hoy “La Nación”, la explicación haya que buscarla en la necesidad de la sociedad, en su conjunto, de justificar su propia corrupción cotidiana.

Es cierto que algunos de los presidentes anteriores también robaron, y algunos de ellos mucho. La diferencia sustancial es que, en esos casos, el fin buscado era el dinero, tanto por sí mismo cuanto como instrumento de poder. En cambio, en este estadio superior inaugurado por don Néstor (q.e.p.d.), la parejita imperial ha buscado adueñarse, y casi lo ha logrado, del país todo, de sus industrias, de sus empresas de servicios, de las constructoras, de sus medios de comunicación, de sus combustibles (petróleo, gas y energía eléctrica), de la pesca y hasta del juego.

En febrero de 2010 escribí –encarezco su lectura- una carta abierta a la señora Presidente (
http://tinyurl.com/27fkugp) que no sólo resulta muy actual sino que me evita reiterar aquí una enumeración ya que, en realidad, fue un inventario de los mayores latrocinios cometidos por ella y su marido hasta entonces.

Desde aquella época, nuevos episodios de escandalosa corrupción se han sumado a esa lista, ya de por sí interminable; deben agregarse los monstruosos negociados con la Venezuela chavista y, hoy, la compra sin licitación alguna, de gas a Qatar, con la cual el kirchnerismo acaba de endeudar a la Argentina por veinte años y por US$ 50.000 millones. ¡Menuda hipoteca para nuestro futuro!

Sin embargo, uno de los mayores escándalos lo constituye, por la gravedad que reviste como atentado al concepto mismo de República y a la división de poderes, la actuación permanente del alquilado juez de prostibulario pasado, don Oyarbide, quien se ha negado a detener a personajes como doña Hebe, los Shoklender, don Capaccioli, don Moyano, etc., por miedo del poder locador a que hablen de más.

Sería aconsejable que todos quienes pretendemos vivir en una verdadera República y estamos hartos de esta democracia tan solo formal hiciéramos nuestros mayores esfuerzos para que la población recupere la memoria. Hay que salir a explicar, todos los días, que la sensación de bienestar o de prosperidad que el núcleo duro del kirchnerismo atribuye a las virtudes de éste no es duradera ni verdadera y que, si no hubieran robado como lo han hecho, todos estaríamos muchísimo mejor, con viviendas dignas, con jubilaciones más justas, con buenos hospitales, escuelas y rutas, y miles de etcéteras.

Como no me canso de repetir, lo que el Gobierno ha hecho en materia de corrupción se puede imputar a sus integrantes el delito de genocidio, definido como el “exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad”. Los más pobres entre los pobres de nuestro país, con el precio pagado en vidas de sus hijos, en el hambre, la desnutrición y la enfermedad, confirman esta calificación.

Es decir, todos quienes estamos a favor de la República y, consecuentemente, en contra de este neo-imperio, en especial los medios de comunicación independiente, debiéramos machacar, día tras día, con comparaciones fáciles de comprender. Así, explicar que, por cada avión de los Jaime, Bonafini o Shoklender cada uno de nosotros ha dejado de tener un hospital, una escuela o una vivienda; que por cada valija de Antonini Wilson o Felisa Micheti menos, morirían cien niños menos por año de desnutrición.

Propongo que peguemos afiches en todas las calles del país mostrando sólo simples comparaciones como la que da título a esta nota, a razón de una por cartel, para que la gente en general entienda, de una buena vez, que lo que la tiene postrada, sin salud, sin casa, sin trabajo y sin educación, pero con drogas y limosnas, es el escandaloso robo que estos tipos, encaramados a un poder omnímodo, hacen de sus impuestos.

Que cada cinco litros de leche o paquete de fideos que un pobre compra, más de uno se queda entre los dedos de estos delincuentes, que los transforman en pisos en Puerto Madero, motos de US$ 40.000, autos y aviones fabulosos y hasta estancias. Que cada vez que uno de sus hijos se va a dormir con hambre, es porque un funcionario corrupto se está enriqueciendo un poco más, y que la única solución es que todos, sin excepción, respetemos la Constitución y la ley.

Otro tema importante es el juego que el GEN de Margarita Stolbizer y sus aliados, los socialistas, están haciendo al Gobierno, proponiendo dejar sin efecto las elecciones abiertas, simultáneas y obligatorias previstas para el 14 de agosto. En la medida en que, además de desnudar el caudal real de cada uno de los candidatos, desmintiendo o confirmando lo que adelantan las encuestas compradas, seguramente funcionarán como una virtual primera vuelta, doña Cristina no puede sino mirar con muy buenos ojos el proyecto de ley presentado por estos necios para abolirlas “por esta única vez”.

La intención de quienes suscribieron esta iniciativa no puede estar más clara: la ley vigente exige que, quienes quieran ser candidatos el 23 de octubre hayan obtenido, en esas elecciones que se pretende suspender, nada menos que 1,5% del padrón nacional. El GEN y los socialistas –así como otros partidos minoritarios- temen, con razón, no alcanzar ese porcentaje y verse excluidos, así, de la carrera presidencial.

Que esa pura manifestación de egoísmo deje a los opositores, arco que integran, sin una herramienta fundamental para luchar contra este “modelo”, parece ser un mal menor para quienes temen desaparecer; como nos enseñó José Enrique Miguens en su artículo “Darse cuenta”, que pongo a disposición del lector, maniobras menores como ésta permitieron que Hitler se hiciera del poder en Alemania, desatando una de las mayores tragedias de la humanidad.

Las condiciones para que el futuro gobierno pueda soportar mejor un nuevo sacudón –de esos que nuestra historia nos dice que padecemos cíclicamente- están dadas, ya que los precios internacionales de nuestras commodities y las exportaciones industriales están pasando por su momento de gloria. El país mismo está mejor mucho mejor preparado para soportar una situación global grave que en el año 2001. Pero el euro, la deuda de Estados Unidos y una eventual devaluación de Brasil pueden cambiar el escenario de un día para otro; ese será el momento en que podremos confirmar si nos hemos ganado el privilegio de seguir siendo una nación independiente.

Pero lo primero, entonces, es terminar con este régimen oprobioso, absolutista, populista y dictatorial. Luego, todos nos pondremos a trabajar para reconstruir la confianza, propia y externa, en nuestra Justicia, a partir de lo cual todo será posible. Recordemos que, sin ella, nada lo será.







Bs.As., 3 Jul 11












sábado, 2 de julio de 2011