domingo, 29 de junio de 2014

La realidad se encabritó, señora

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La realidad se encabritó, señora


“Hay que pegarle al chancho para que aparezca el dueño” Refrán anónimo

¡Qué rápido se modifica la coyuntura! ¡Y qué bajo hemos caído! La medianoche del viernes trajo, a muchas almohadas, preocupaciones que seguramente impidieron dormir a sus propietarios, sea que estos se encontraran en La Habana o en Calafate. No era para menos; el Vicepresidente de la Nación, el siempre sonriente Guita-rrita, y parte de su banda –en realidad, una asociación ilícita encabezada por él- fueron procesados y embargados por un Juez que (otro más) se hartó de las presiones del Gobierno y de las macabras danzas de los imputados, tendientes a parar la pelota y, al menos en lo a doña Cristina respecta, tratar de estirar el partido hasta diciembre del año próximo. El Dr. Lijo incluyó en su resolución no sólo a algunos de los funcionarios involucrados (¿y Forcieri y Echegaray?) sino a los empresarios, dispuestos a pagar con el 70% de las acciones de Ciccone a quienes habilitaran los contratos; para que la corrupción exista, se necesitan siempre dos: el que paga y el que recibe. Faltan otros, claro, como Brito, Lanusse, Moneta.

Por su parte, otro Juez postergó su indagatoria hasta el 16 de julio, pero amenaza con hacer caer un rayo similiar sobre Boudou, en este caso transformado en ladrón de gallinas, por la falsificación de los papeles de un auto con el propósito de estafar a su ex mujer en la división conyugal. Y si la causa por enriquecimiento ilícito progresa de la mano de Lijo, alrededor del segundo hombre del Gobierno se habrá creado la tormenta perfecta.  

¿Soportará la Presidente el costo político de sostenerlo a ultranza para que no hable de más y comprometa a la familia Kirchner definitivamente o asumirá el riesgo que implica dejarlo caer, termine en la cárcel y encienda un ventilador para no estar tan solo tras las rejas? En este caso, ¿cuáles son las “carpetas” que podrían garantizar su silencio o cuánto nos costará éste a todos los argentinos, cuando se ponga a funcionar esta “banelco”?

Toda esta actividad de los jueces federales no hace más que confirmar mi viejo aserto: nunca se venden, sólo se alquilan al ocupante de turno de la Casa Rosada. Ahora, con el vencimiento tan próximo, han salido en patota a limpiar su imagen, desempolvando viejos expedientes y persiguiendo a los más notorios corruptos, con vistas a renovar el contrato que les permita continuar impartiendo esa rara justicia que se practica en Comodoro Py. Lo único novedoso, en la historia reciente, es que estas actitudes se dan cuando aún la dueña del chancho vive en Olivos y conserva un poder que sólo puede atribuirse a lo melindroso del carácter de sus opositores.

Supongo que parte de las explicaciones brindadas por la Dra. Martínez Córdoba para su súbita desaparición del circo-proceso que lleva adelante Giles Carbó para intentar destituir a Campagnoli tiene, también, vinculación con esa necesidad de acomodar los melones antes del viento purificador que, espero, traerá cualquier nueva administración. Ésta, que se verá enfrentada a una crisis realmente grave, tendrá así a quien echar la culpa de los desaguisados, y obtendrá margen para hacer lo que debe para atravesarla.

Más allá de la discusión permanente en la que el tema de los holdouts nos ha incluido a casi todos los argentinos –que somos expertos en hablar de cualquier tema, sobre todo de los que no conocemos- la conducta del Gobierno, tan errática y contradictoria, me genera algunas inquietudes. Lo que sucede, en realidad, es que cuando se trata de los Kirchner, todas las sospechas son válidas.

En estas dos semanas, hemos oído a la Presidente decir que no acataríamos los fallos de la Justicia de Estados Unidos, a la cual tanto su fallecido marido, en 2005, cuanto ella misma, en 2010, habían sometido a gran parte de los bonos entregados en canje de los anteriores, que habían caído en default en 2001. Bambino Kíciloff, al día siguiente, ratificó esa decisión. Obviamente, la cotización de los bonos y de las acciones argentinas se hizo trizas en los mercados internacionales.

Luego, mientras los pibes para la liberación marchaban desde Plaza de Mayo a la Embajada de los Estados Unidos para expresar su solidaridad con la postura de doña Cristina y aplaudir el repudio a los fallos, la viuda de Kirchner les sacó el banquito parados sobre el cual gritaban sus consignas anti-buitres, al anunciar que, en realidad, no era así y que pretendía pagar a todos los acreedores, holdouts incluidos. Naturalmente, los papeles argentinos vivieron otro período de euforia, el riesgo-país bajó fuertemente y lo mismo hizo, aunque no tanto, el dólar blue.

La Casa Rosada publicó, en los diarios financieros más importante una primera solicitada, victimizándose por los fallos de primera y segunda instancia y por el rechazo de la Corte Suprema de los Estados Unidos, en la que afirmaba que quería pagar pero no lo dejaban. Después, el Bambino se subió a un avión y se fue a Nueva York para hablar, en Naciones Unidas, ante el G.77 + China (en la época de Alfonsín, el Movimiento de Países no Alineados, del cual nos apartamos con Menem) y embistió, lanza en ristre, contra el Juez Griesa y los tribunales norteamericanos en general, acusándolos de integrar una enorme asociación que, como objetivo principal, tiene perjudicar a la maravillosa Argentina que la década nos ha legado. Los papeles cayeron con insólita velocidad, regresando a los precios de una semana antes.

El Ministerio de Economía, el jueves, emitió un comunicado en que despotricó ya contra los propios Estados Unidos, reforzado con la solicitada que el Gobierno publicó el viernes en todos los diarios argentinos, y el comunicado oficial del viernes fue en el mismo sentido. Sin embargo, los mercados, percibiendo que el agua no llegaría al río y que, finalmente, se arribará a un acuerdo necesario para todos, mantuvo la calma.

Hasta allí, los hechos; ahora, mis inquietudes. Tantas idas y vueltas han hecho que los bonos y las acciones vivieran las últimas dos semanas en un enloquecido sube y baja de precios. Y, como conozco el patrón delincuencial de la familia imperial, me he preguntado cuánto dinero habrían ganado quienes supieran, de antemano, cuál sería la movida del Gobierno al día siguiente y, con ello, comprando cuando todos vendían y vendiendo cuando todos compraban.

Para que se entienda con más claridad, por ejemplo, la misma tarde del 20 de junio, después del discurso de doña Cristina en Rosario, los papeles argentinos subieron casi 9%, una ganancia en un día que equivale a más de cinco años de tasas de interés actuales en los mercados internacionales, y de uno a dos años lo que pagan los países de la región por sus colocaciones de deuda. Es fácil lucrar, en realidad robar, cuando es el mismo ladrón quien escribirá el diario del día siguiente. ¿Seguirán robando, aún cuando ya queda tan poco en la lata?

De todas maneras, la realidad, ese potro al que pretendió domarse con las riendas del “relato” y de las falsas estadísticas, se le ha encabritado a la Presidente mucho antes de lo pensado, y los frentes de tormenta que se le han venido encima auguran un final de mandato más que complicado, tanto en lo político como en lo económico y social.

Cuando SS Francisco salió a reclamar exitosamente “cuiden a Cristina”, se refería a la posibilidad de que Argentina terminara esta estirada década en un baño de sangre; habrá que ver, sin embargo, qué estarán dispuestos a hacer quienes están comenzando a sentir en la nuca el aliento de este verdadero pacman que ha tomado envión en los Tribunales, ha comido ya laderos y testaferros importantes y, al lado del cual, hasta el mordiscón de Suárez parece cosa de chicos.  


domingo, 22 de junio de 2014

Estos puntos sobre aquellas íes


Estos puntos sobre aquellas íes


“Su Graciosa Majestad nunca se había guiado por el principio de la capacidad sino siempre única y exclusivamente por el de la lealtad”. Ryszard Kapuściński


La Presidente, el viernes y de espaldas al Paraná, sorprendió nuevamente a propios y a extraños –en especial, a los mercados- imprimiendo un giro copernicano al discurso de barricada con el que, emulando a los republicanos de Madrid en 1937, respondió el Gobierno a los jueces norteamericanos. El Neo-Bonzo Kíciloff, que había desafiado a los buitres con su “¡no pasarán!” quedó tan descolocado como su teórico Jefe de Gabinete, el ya quemado hasta el tuétano Coqui Capitanich.

Hasta la misma Cristina, que el lunes había incendiado al país por cadena nacional, y sin que se le moviera un pelo (salvo por el viento), retrocedió en chancletas frente al Ex Extorsionador Griesa y ordenó a sus ministros -eso sí, con una épica digna de mejor causa- que armaran un esquema similar al utilizado en los casos de Repsol y del Club de Paris, para pagar al 100% de los acreedores y llenarles la cara de billetes. Curioso final para unas originales banderas que el “proyecto nac&pop” había desplegado con tanto entusiasmo y que ahora debió mandar enrollar, pero sin bajarlas.

Parece que, en la Casa Rosada, nadie había considerado que, cuando necesitábamos dinero (y éste es uno de esos momentos desesperados) y, para obtenerlo, colocábamos bonos de deuda, quienes los aceptaban y estaban dispuestos a entregar dólares en cambio, eran personas maravillosas mientras que, cuando pretenden cobrar, son unos asquerosos buitres carroñeros. Gracias a Dios, la Presidente reculó en el minuto final porque, ¿qué hubieran dicho ante esa postura, por ejemplo, los que el Mago Gallucio quiere traer a YPF? Sin embargo, y ratificando su naturaleza de escorpión, ayer hizo publicar en el Wall Street Journal una solicitada reiterando la necesidad de un fallo “justo”; seguramente no hará feliz a Griesa ni a la Cámara.

Resulta imposible medir hoy las terribles consecuencias que, para todos, hubieran traído aparejadas esos dislates, tanto en el sentido político cuanto en el económico. Pero sí se puede adelantar que: perjudicarían las inversiones, indispensables para generar empleo y, por la vía del aumento de oferta, permitir encarar acciones contra la inflación; perjudicarían el empleo, en razón de la profundización de la recesión; perjudicarían el salario, ante una menor demanda de trabajo; y perjudicarían fuertemente a nuestro comercio exterior, que cada día depende más de los productos primarios, contra cuyos productores el Gobierno, en su locura, combate enceguecidamente. Pero la derivación más grave de todo esto se hubiera dado si, lanzándonos al precipicio, doña Cristina hubiera intentado la “chavización” final de la Argentina.

El grave problema que nos afecta se debe tanto a la marcada incapacidad y torpeza de aquéllos a los que la Presidente ha encomendado la conducción del área, cuanto a todas las medidas que los Kirchner y sus personeros adoptaron, a lo largo de tantos años, para lograr sus objetivos más espurios, para beneficiarse política o personalmente.

Lo dramático es que esto sucede después de una década en la que los precios internacionales de nuestros productos exportables marcaron un histórico record, y después de un lapso en el cual la desmesurada presión impositiva permitió al Gobierno recaudar nada menos que mil millones de dólares. Cualquier observador imparcial de la realidad argentina se pregunta dónde está esa monumental cifra, ya que hemos perdido reservas de gas y petróleo como nunca antes –la promesa de Vaca Muerta no pasa, por ahora, de ser una gran probabilidad- y nos hemos derrumbado en materia de carne y trigo, cediendo mercados a nuestros más sorprendentes competidores, carecemos de caminos, ferrocarriles y puertos, nuestro sistema de comunicaciones se ha vuelto obsoleto, la educación ha dejado de ser de excelencia, y la salud y la vivienda dignas brillan por su ausencia.

La pobreza y la indigencia ya superan los registros del fin del menemismo, pero son negadas diariamente por la falta de estadísticas oficiales. La inflación y el cepo cambiario, que impiden la llegada de dólares bajo la forma de inversión genuina, están destruyendo el trabajo registrado, y el informal alcanza al 40% de la población activa.

Cuando, hace ya más de once años, los argentinos decidimos entregarle la administración de nuestro bien más preciado, la Patria, a una sociedad conyugal encabezada por dos delincuentes llegados de Santa Cruz e integrada por una manga de pérfidos e ignorantes funcionarios, dispuestos a servirlos en cualquier circunstancia, supongo que lo hicimos porque no nos habíamos tomado el trabajo de averiguar realmente su historia y su pasado en la provincia. Sin embargo, cuando votamos a doña Cristina en el 2007 y la reelegimos en 2011, no hubiéramos podido invocar como excusa nuestra molicie ni nuestra inocencia para justificar tal desmán contra la República.

Al elegir por primera vez a la actual Presidente, ya sabíamos de los fondos desaparecidos, de manejos turbios en la pesca, del injustificable crecimiento patrimonial de la pareja y sus amigos y de su rápido sobreseimiento por enriquecimiento ilícito, de la destrucción de los organismos de control, de la colonización del Consejo de la Magistratura, de la falsificación de las estadísticas del Indec, de la prohibición de las exportaciones de carne que había implicado la pérdida de doce millones de cabezas, de las persecuciones a los opositores, del desacato a las sentencias de la Corte Suprema, de la falsa política de derechos humanos, de los Eskenazi y del robo de Repsol-YPF, del pseudo “desendeudamiento” con el FMI cambiándolo por el fallecido Papagayo Caribeño, de los costos absurdos costos de la obra pública en Santa Cruz, de la pérdida del autoabstecimiento energético, del saqueo del Banco Central, del Pami, de la Anses y de las AFJP’s, de la compra por monedas de terrenos en el Calafate, de las coimas de Skanska, de las actitudes de Patotín Moreno y de Adolf D’Elia, de los ataques a la libertad de prensa.

Y cuando volvimos a votarla ya habían sido descubiertas las valijas de Antonini Wilson, ya se sabía de la “embajada paralela” en Caracas, ya había quedado claro que el narcotráfico había financiado su campaña, ya se habían apoderado de las reservas del Banco Central, ya se había producido la crisis del campo, ya estábamos en guerra contra la prensa libre, ya disfrutábamos de Fútbol para Todos y de Aerolíneas Argentinas, ya nos habíamos enterado de la bolsa de Felisa Miceli, ya conocíamos la existencia de Lázara Bóvedas Báez, de Cristóbal Timba López, de Ferreyra (Electroingeniería) y tantos otros, de los “Sueños Robados” por Sergio Schoklender y Hebe Bonafini, de los ataques a periodistas, jueces, opositores, de la proliferación del narcotráfico y la violencia, del blanqueo permanente de fondos de la droga y de la corrupción, de los prostibularios departamentos de Zaffaroni y de las “costumbres” de Oyarbide.

Pese a todo ello, los argentinos premiamos a doña Cristina con nada menos que el 54% de los votos. La única explicación posible es que, como siempre, la sensación de confort que entonces teníamos en los bolsillos y el consumo disparatado hicieron que dejáramos de pensar en la corrupción galopante y en el saqueo desmadrado del país que la familia Kirchner había instaurado como modo de hacer política y de enriquecerse más allá de cualquier límite.

Esto dice mucho de nosotros como sociedad, ya que el solo hecho de tolerar que la nación esté en manos de esta asociación ilícita, que persigue y humilla para lograr sus fines, habla a las claras de lo laxo de nuestra moral individual. Hasta la propia ACDE reconoció, bien tardíamente por cierto, que como en el tango, se necesitan dos para la danza de la corrupción: el empresario que paga y el funcionario que cobra; no podría existir el segundo sin el primero y, sin embargo, han debido transcurrir once años para aceptar esta verdad de Perogrullo.  

Cuando, hace ya tiempo, dije que resultaba indispensable destituir constitucionalmente a Cristina Fernández, sostuve que permitir que se mantuviera en el sillón de Rivadavia hasta el final del plazo previsto implicaría un sufrimiento innecesario, medido en un costo económico y social que la Argentina no tenía por qué soportar, no tuve en cuenta la cobardía y el oportunismo de los opositores. Aún hoy, éstos no perciben adecuadamente cuánto peor será la herencia que dejará el régimen cuando, finalmente, la ley les exija dejar el poder en diciembre de 2015.

Podemos, y debemos, reconstruir la República y las instituciones esenciales que la constituyen, pero resulta imprescindible comenzar a hacerlo ya mismo. Pero, para tener éxito en esa ímproba tarea, resulta indispensable que nos lavemos en nuestro propio Jordán, y que los Kirchner y la banda de delincuentes –públicos y privados- que los rodea empiecen a recorrer los tribunales, y que éstos se muevan con seriedad y velocidad.

Si podemos demostrar al mundo que hemos dejado de ser los eternos infantes, pobladores de un país que nunca consigue concretar su promisorio destino, que estamos dispuestos a respetar reglas y contratos, que tenemos una Justicia independiente y eficaz, que estamos dispuestos a desarrollar nuestra economía con responsabilidad y a aportar nuestras tan especiales capacidades, que queremos relacionarnos con las demás naciones con seriedad y respeto, que honraremos los compromisos que asumamos, nuestro futuro será muy distinto a esta inmundicia en que nos hemos convertido.

No nos bastará con SS Francisco ni con Lionel Messi para hacerlo. Cada uno de nosotros tiene que asumir su propia tarea, aún cuando ésta sea –nada más ni nada menos- la educación de sus hijos; y deberemos hacerlo mejor que el miércoles, cuando muchos menos de los esperados fuimos a protestar a favor de Campagnoli y de la independencia de la Justicia. No será el trabajo de una sola generación, porque el daño que nos hemos infligido ha sido enorme, pero sigo teniendo una injustificable fe en nosotros.

domingo, 15 de junio de 2014

“Las Cuarenta” de Guita-rrita


“Las Cuarenta” de Guita-rrita


Vieja calle de mi barrio donde he dado el primer paso,
vuelvo a vos, gastado el mazo en inútil barajar, con una llaga en el pecho, con mi sueño hecho pedazos, 
que se rompió en un abrazo que me diera la verdad.
… Hoy no creo ni en mí mismo. Todo es grupo, todo es falso, y aquél, el que está más alto, es igual a los demás … Por eso, no has de extrañarte si alguna noche, borracho, me vieras pasar del brazo con quien no debo pasar”.
        
Este tango de Florián Francisco Gorrindo y Roberto Grela parece escrito para nuestro Vicepresidente, tan apurado en las movedizas arenas en que ha comenzado a hundirse por sus fábulas, sus casualidades y sus mentiras.

Obviamente, el hecho político de la semana lo constituyó la entrevista que Guita-rrita concedió, en las pantallas de Clarín, a Marcelo Zlotogwiazda y Ernesto Tenenbaum. En sus originales respuestas a las incisivas preguntas de los periodistas, reconoció cosas que, hasta ayer mismo, negaba; el mejor ejemplo fue la comida en el Palacio Duhau con Nariga Núñez Carmona -su amigo y socio-, Claudio Belocopitt -dueño de Swiss Medical Group- y un tercer comensal, un tal Willy que, según Boudou, ni se identificó ni pronunció palabra alguna, por lo cual ignoraba que se trataba de Guillermo Reinwik, yerno de Ciccone. Los malintencionados espectadores sufrieron un grave ataque de risa pero, ¿no puede un Vicepresidente de la República sentarse a una mesa pública sin averiguar quienes son los otros tres que lo acompañan?, ¿es acaso anormal o sospechoso que no lo haya inquirido?

El meollo de la cuestión pasa por la respuesta a otras preguntas que nadie osa hacer públicamente, seguramente para no desestabilizar al Gobierno y, sobre todo, a la nueva jefa espiritual de la Nación: ¿cuáles fueron las razones que llevaron a Cristina Kirchner a convertirlo en su compañero de fórmula?, ¿de qué armas dispone la Presidente para contener a Boudou para que no hable?, ¿cuáles son los secretos que guarda, por ahora, el Vicepresidente para obligar al Ejecutivo a sostenerlo aún hoy? Allí está el verdadero intríngulis de la causa más complicada para el Gobierno en estos momentos, cuando todavía otras, algunas tan importantes como ésta o más, juntan polvo en los cajones de Comodoro Py.

Le sugiero no se pierda la excelente columna que publicó Carlos Pagni el 12 de junio en La Nación; basta con que haga click en http://tinyurl.com/ohl6wnn; al imaginar qué hubiera ocurrido si todo este escándalo se hubiera producido en Gran Bretaña, es absolutamente perfecta. Esta absurda trama, que cada día entrampa más a Guita-rrita y lo confronta con su pasado y sus amigos, supera cualquier ejercicio de imaginación.

El grave problema es que los objetivos y, consecuentemente, las estrategias de la Presidente y de Boudou son diametralmente opuestos. Mientras que doña Cristina necesita que, si algo grave sucede, sea después de entregar el poder a su sucesor, Guita-rrita aspira a lo contrario pues sabe que, cuando llegue el final, atravesará el desierto solo, irá preso y, si lo intentara, los datos sobre otros hechos graves de corrupción que pudiera estar dispuesto a revelar para aliviar sus penas ya no tendrán el efecto ‘pánico’ que hoy producen.

Pero lo realmente notable de la estrategia defensiva oficialista es la reiteración en colocar a Magnetto en el rol de un “Patrón del Mal” local, autor imaginado de mayores tropelías que las atribuidas a Pablo Escobar Gaviria en la popular serie. Claro que, como no se adecúa al “relato”, es preciso olvidar que, hasta la crisis del campo, en 2008, el dueño del concentrado multimedios era socio de los Kirchner y una pieza clave en la construcción de la revisada historia nacional.

Hoy resulta, a estar a los dichos de los lenguaraces de doña Cristina, que detrás de los robos de Bonafini, Schoklender y las Madres de Plaza de Mayo a través de los “Sueños Compartidos” por los miles beneficiarios de las inexistentes casas populares, estaba Magnetto. La valija descubierta en manos de un venezolano torpe, Antonini Wilson, la había puesto Magnetto en el avión para que fuera descubierta, y lo mismo hizo con la bolsa de inexplicado dinero en el baño de la Ministra de Economía de entonces, la sonriente Felisa Miceli.

El tenebroso personaje dispone de un poder de tal magnitud que puede hacer que los poderes judiciales suizo y uruguayo, ante la inacción de la justicia argentina, investiguen al pobre Bóvedas Báez, o que los organismos policiales norteamericanos hagan lo propio con Timba López. También sería responsable de las confesiones de British Petroleum ante la SEC de Estados Unidos de haber pagado coimas a un ministro (el renombrado De Cobrado) y a un gobernador (el Portugués Das Neves), y qué decir de similares actitudes de Skanska ante las autoridades suecas por coimas al mismo incombustible ministro.

De su frondosa imaginación surgieron las acusaciones de precios inflados en la compra de los aviones fabricados por Embraer, que han puesto a esa empresa en la mira de las autoridades brasileñas e internacionales. Y también las imputaciones a Recalde por los nunca publicados balances de Aerolíneas Argentinas, pese a que la compañía pierde más de dos millones de dólares diarios.

Ante la quita de su negocio en la televisación del fútbol, el siniestro Magnetto hizo que llovieran denuncias sobre Fútbol para Todos, que han provocado que se comenzara a investigar a Anímal Fernández, a Abalito Medina, a Coqui Capitanich y al treintañero Julio Grondona por el desvío de fondos y el direccionamiento de la pauta oficial. El verso que llega a los “pibes para la liberación” en cualquier momento atribuirá al pérfido la oculta propiedad de los fondos de holdouts que litigan en el mundo contra la Argentina y que amenazan con hacerla incurrir nuevamente en default.

Ha trascendido, también, que está sembrando datos falsos en la estatal Enarsa, para cuando llegue la hora de preguntar qué pasó con las enormes importaciones de gas licuado, causantes en gran medida de la inflación y de la caída en las reservas, con exceso en las compras y sobreprecios fenomenales.

Como dije muchas veces, es malo que a uno lo tomen por imbécil pero si, además, le tocan el hombro y lo llaman así, me parece demasiado. Sobre todo cuando eso proviene de un gobierno a punto de irse, por las buenas o por las malas, como están demostrando los jueces federales en todas las instancias y hasta los empresarios, cómplices por acción u omisión del interminable desastre de nuestra economía.

Pero uno de los analistas mejor informados del país, quizás el más, ha comenzado a dar por inevitable una nueva era en la Argentina, en la cual se desterrará la corrupción de las prácticas habituales de la política y de la sociedad civil, y la recta moral y la buena conducta serán premiadas. Coincido con Jorge Asis en ese pronóstico, sobre todo porque las penurias que nos veremos a enfrentar a corto plazo impedirán, esta vez, que nuestra panza prime sobre nuestro corazón y, sobre todo, nuestro cerebro. Por lo demás, la reunión de la ACDE fue en el mismo sentido, y los presentes reconocieron que para que un corrupto oficial exista, debe haber un corrupto privado que pague la coima.

El miércoles 18 de junio, a las 19:30, la ciudadanía tiene una cita de honor con la Justicia independiente, eficaz y rápida, en la Avda. de Mayo 760, C.A.B.A., pues comenzará el inicuo proceso montado por la Procuradora Giles Carbó al Fiscal José María Campagnoli, otro seguro cómplice de Magnetto, generado por el exceso en la investigación al inocente Bóvedas, a quien se pretende hacer aparecer como testaferro de los Kirchner y mero custodio de parte de la fortuna de la familia imperial.

Argentina baila siempre con ritmo de tango pero, como dijo la profetisa Eladia Blázquez, “Hoy Discépolo resulta un optimista, con las cosas que tenemos a la vista. Cambalache de una era sin fortuna, hoy nos suena en este bache como una canción de cuna”.


domingo, 8 de junio de 2014

Muchacho, que porque la suerte quiso …



Muchacho, que porque la suerte quiso …

“Pa’ lo que te va durar tanta alegría y placer, lo que vas a cosechar cuando entrés a recoger, cuando te des cuenta exacta de que te has gastao la vida en aprontes y partidas, muchacho, te quiero ver”. Celedonio Flores

El mayor síntoma de la falta de conciencia por parte del Gobierno de la finitud de su ciclo lo constituye, sin duda, la situación creada en torno al Vicepresidente de la Nación y su llamado a prestar declaración indagatoria por la sospechada corrupción en torno a la imprenta Ciccone. A mi entender, todo este inmundo circo creado por el oficialismo para demorar o acelerar la causa que conduce a la primera magistrada se debe a los distintos intereses políticos en juego. Porque, como resulta natural, para los interesados directos –la viuda de Kirchner y Boudou- no es lo mismo que el juicio se realice durante o después de diciembre de 2015.

Guita-rrita necesita que el proceso avance rápidamente, porque sabe que el desierto posterior le resultará muy adverso, mientras que doña Cristina piensa que, si la etapa oral se concretara antes del fin de su mandato, el costo político será muy, muy alto y pondrá en riesgo su imaginado rol de jefa de la oposición futura. Por supuesto, ignoro cuáles son las armas que el Gobierno tiene para mantener controlado al Vicepresidente, es decir, para evitar que éste se desmarque de la estrategia pretendida o, inclusive, para impedirle hablar de más y contar la realidad de lo sucedido.

La diferencia en las posturas quedó más que demostrada con los contradictorios escritos presentados por Boudou y sus defensores; mientras uno pidió ser llamado con urgencia a declarar, los otros, contratados por la mesa chica de Olivos, ya intentaron la nulidad de la citación a indagatoria. La propuesta más risible –la solicitud de que su deposición sea transmitida por televisión- sólo resultaría aceptable para la ciudadanía si el mismo tratamiento se diera, en la Procuración General de Giles Carbó al proceso que está llevando contra el Fiscal Campagnoli por “exceso de celo investigativo” en relación con el otro testaferro presidencial, el Bóvedas Báez.

De todas maneras, el kirchnerismo sigue dando muestras de su injustificado convencimiento de disponer de una impunidad –sinónimo de poder, como lo definiera el filósofo Yabrán- que los jueces federales ya se niegan a aceptar. La lista de los actuales o recientes funcionarios sometidos a proceso crece día a día, como pueden dar fe Abal Medina, Scocimarro, Sbatella, Recalde, Kiciloff, Jaime, Schiavi, Uberti, Patotín Moreno, Echegaray y tantos otros y, si sigue engrosando, los ardides, las chicanas y las carpetas comprometedoras continuarán bombardeando Comodoro Py. La otra arma habitual de los gobiernos, los sobres de la ex SIDE, pierde toda eficacia cuando los jueces perciben que el contrato de alquiler que los vincula al ocupante presente de la Casa Rosada se encuentra al borde del vencimiento, ya que prefieren, y necesitan, lavar su imagen rápidamente para firmar con el siguiente; esto ya habría sido comprobado, aparentemente, en la Cámara Federal, cuando se pretendió “incentivarla” con una enorme suma de dinero para que desplazara a Lijo de la causa Ciccone.  

Como se ha visto últimamente, a los fanáticos aplaudidores, entre los que ocupan un lugar destacadísimo los presuntos intelectuales de Carta Abierta, cada vez les resulta más difícil inocular alguna imagen de epopeya liberadora y revolucionaria a un régimen presidido y compuesto por tan desmadrados ladrones. Hoy son pocos quienes, aún con órdenes concretas que emanan de Olivos, estén dispuestos a transformarse en bonzos defendiendo las posturas ridículas que exhiben tanto Guita-rrita como sus abogados; las destacadas excepciones fueron, naturalmente, los “militontos” de 6.7.8 y Metralleta Kunkel, que envió telegramas amenazadores al Juez.

Si el kirchnerismo hubiera cometido algunos de los dislates de esta semana antes de 2011, otra hubiera sido la historia. En la medida en que se resiste a aceptar la pérdida de poder, pretende controlar, ya tardíamente, nada menos que el pensamiento. Más allá de lo jocundo del título dado a la nueva repartición -Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional- creada en el ámbito del recién inventado Ministerio de Cultura, puesto a cargo de una folklorista de poca monta, esta tentativa póstuma de reinventar los aparatos de propaganda de Hitler (Goebbels), Stalin y hasta el propio Perón (Apold), es una prueba de esa afirmación.

La economía nacional, oculta tras el manto de neblina de este reality show criollo, sigue en rumbo de colisión, pese a los muchos esfuerzos discursivos que la Presidente realiza, ahora casi a diario, por la cadena nacional. Los nuevos estudios de organismos independientes, como el Observatorio Social de la UCA, dan cuenta que la pobreza sigue extendiendo su infame mancha en el Conurbano bonaerense, hundiendo al 30% de quienes lo habitan en la peor degradación, y la inflación, golpeada por la fuerte recesión y la caída en el consumo, aún se mantiene en valores mensuales (2%) que, en el resto de los países de la región, sólo se alcanza en un semestre.

El Gobierno, acosado por encuestas que muestran la caída a pique de su imagen -situación que también está comenzando a sufrir Lancha Scioli, por su necesidad de seguir atado al salvavidas de plomo de la Presidente-, no está dispuesto a hacer el menor esfuerzo para reducir el gasto público y la presión tributaria, que ahoga a los argentinos. 

El acuerdo que firmara Kiciloff con el Club de Paris, como aquel cerrado por Galucchio con Chevron para Vaca Muerta, siguen escondidos en una de las cajas fuertes que quedaron vacías cuando doña Cristina se llevó los billetes de € 500 que atesoraba su finado marido a Angola, para trocarlos por diamantes (clickar en http://tinyurl.com/bv6hqzz).

Como los argentinos carecemos de memoria, es preciso recordarnos que, ya en septiembre de 2008, la Presidente había anunciado que pagaría la deuda con los bancos extranjeros utilizando reservas del Banco Central (clickar en http://tinyurl.com/nrg32rg); se trataba, entonces, de un monto infinitamente menor a los inexplicables e injustificados US$ 9.700 millones ahora reconocidos, y se insertaba en una política de “desendeudamiento” ya descartada por la necesidad que, aquí también, tiene cara de hereje. La aceptación de algunas de las sentencias desfavorables para el país dictadas por el CIADI y el pago a Repsol de más de US$ 6.000 millones forman parte de la nueva estrategia gubernamental para reconciliarse con los mercados, con el objetivo de obtener los imprescindibles dólares frescos para seguir gastando y que los paguen nuestros hijos.

Pero no parece un objetivo fácil de obtener. El dilema cepo cambiario vs inversiones –cayeron 27%- sigue vigente, y lo magro de las divisas que el Banco Central consiguió recuperar en los mejores meses del año permiten confirmar que las penurias de la economía nacional no han hecho más que comenzar. La conflictividad social también se está agudizando, de la mano de la caída en el empleo y de la imposibilidad de otorgar aumentos a quienes viven de los planes sociales, factores que están empujando a grandes sectores a la desesperación más abyecta.

La soja, el yuyito idolatrado por ambos Kirchner, esta vez no gritó presente con la fuerza suficiente, y la enorme cosecha pronosticada se convirtió en magra por los calores infernales, por las lluvias terribles de los meses siguientes y por la ausencia de caminos aptos para transportarla a los puertos en esas circunstancias, una consecuencia más de la enorme corrupción de esta década. Por otra parte, las gigantescas retenciones vigentes y el atraso cambiario incentivaron el contrabando hacia los países limítrofes, que este año registrarán niveles de exportación muy superiores a los que podían producir sus propias siembras.

Para concluir, una sola mención a la conducta de la Corte Suprema, que nuevamente ha ratificado, por boca de su Presidente, que la falsa y tuerta política de derechos humanos instaurada por los Kirchner a partir de 2003, se ha transformado en algo consensuado por la sociedad. Además de ser una flagrante mentira, cabe recordarles a los jueces supremos que la Justicia no tiene nada que ver con los presuntos consensos, sino que se vincula, directa y terminantemente, a la ley. Y, en este caso, día a día, ésta es violada y todas las garantías constitucionales –entre ellas, la presunción de inocencia, tan invocada en los casos de Boudou y Milani- han dejado de regir para los presos políticos.

Espero ver a todos el miércoles 18, a las 19:00 horas, en la Avda. de Mayo 760, C.A.B.A., para decirle al Gobierno que estamos hartos de tanta impunidad e inmundicia y que, si se atreve a echar a Campagnoli o a desplazar a Lijo de la causa Ciccone, haremos tronar el escarmiento.


Bs.As., 8 Jun 14
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