sábado, 29 de agosto de 2015

Con sangre entra



Con Sangre Entra


“Veo bandas rapaces movidas de codicia -la más vil de las pasiones- enseñorearse del país, dilapidar sus finanzas, pervertir su administración, pavonearse insolentemente en cínicas ostentaciones, comprarlo y venderlo todo, hasta comprarse y venderse unos a otros a la luz del día".       José Manuel Estrada.


Mi columna de la semana pasada, al igual que ésta escrita el sábado por la noche, abusó del humor para describir una realidad cada vez más preocupante, y quedó fuera de lugar cuando terminó la farsa de la elección en Tucumán, sumergida en un caos demencial de violencia y sangre. ¿Cuánto tuvo de "ejercicio de cuadros y de tropas en el terreno", con vistas al gran combate de octubre?; la quema de urnas, los disparos en las escuelas, la intimidación a fiscales y periodistas, el robo de boletas y la falsificación de telegramas fueron maniobras tácticas practicadas ese día y puestas a punto para la siguiente ocasión. Los hechos (que son sagrados, como dice el Dr. Fayt) mostraron hasta qué punto está dispuesto a llegar el Gobierno para conservar el poder; si estaba convencido de que Manzur ganaría, ¿para qué armar ese siniestro festival?

Lo sucedido, sin embargo, tuvo un costado positivo, porque detonó la reacción de la ciudadanía tucumana y permitió que a las fuerzas opositoras les entraran las lecciones, y sus líderes, convocados por un generalizado repudio, reclamaran la urgente reforma del obsoleto sistema electoral que nos hemos dado, que habilita todas las formas de fraude, comenzando por el control de los comicios por el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio del Interior y del Correo Argentino, en manos de La Cámpora.

Lo que hemos visto en Tucumán nos dice mucho acerca de qué puede suceder en las elecciones nacionales del 25 de octubre, cuando el oficialismo, aupado por unas encuestas dibujadas exprofeso, que muestran a Scioli a sólo cuatro o cinco puntos de consagrarse, con el 45%, en la primera vuelta electoral, ejerza esta forma de "contar" los votos para perpetuar el modelo, en especial en el norte del país y en el temible Conurbano bonaerense. Si no lo lograra creo, porque ya lo demostró, que será capaz de incendiar Roma.  

Contra esa improbable posibilidad de Lancha de alzarse con el triunfo, lo cierto es que el famoso "cisne negro" -el factor imponderable que puede convertir cualquier cálculo en papel mojado- parece haberse transformado en una renegrida bandada: su viaje a Italia, las inundaciones (los meteorólogos auguran que las lluvias se repetirán con similar violencia antes de octubre), los hechos de Tucumán y su buscado (y luego lamentado) abrazo a Alperovich y a Manzur, su declaración de bienes inexplicables, la guerra de Insfrán contra un ídolo de multitudes como Carlitos Tévez, la propia candidatura de Anímal, la caída en los precios de nuestras exportaciones, la dramática escasez de reservas, el recrudecimiento de la inflación y su silencio respecto al asesinato de Nisman (¡qué llamativa velocidad para iniciar la investigación sobre su patrimonio!), el memorandum con Irán y la causa Hotesur son algunos de los pájaros que la integran. Cuánta importancia final puedan adquirir para una sociedad tan anestesiada es una de las mayores incógnitas del momento.

No se trata, entonces, sólo de una mejor y mayor fiscalización del acto, que seguramente se logrará por la práctica adquirida por quienes la ejercieron en las PASO, sino en descubrir cómo hacer para dar velocidad, transparencia y, sobre todo, veracidad y credibilidad al escrutinio final. Si la oposición se limita a actuar con su candorosa inocencia habitual -como fue el reclutamiento de fiscales a través de las redes sociales, lo cual permitió que se anotaran kirchneristas para cumplir ese rol, que después desertaron- y con dar ejemplos de buenos modales, mientras admite que la información de cada mesa se trastoque en su camino a los centros de cómputo, todo se habrá perdido y el cristinismo habrá logrado su propósito de seguir en el poder a través del Chino Zaninni, de Anímal y de los emires feudales de Formosa, de Tucumán, de Jujuy y de otras provincias.

Creo que no disponemos de tiempo para cambiar, en sólo dos meses, el sistema -sea yendo hacia el voto electrónico, sea hacia la boleta única- que permitiría evitar algunos de los mayores vicios, pero estoy seguro que, al menos, se podría montar un enorme equipo de fiscales electrónicos para un efectivo control del escrutinio; además, como ya lo ha sugerido alguien de la oposición, debemos exigir la presencia de veedores internacionales, y cuantos más, mejor. Después del cenagoso chiquero en que el Gobierno ha convertido a la economía, y con la terrible herencia que dejará a su sucesor, éste -quien quiera que sea- necesitará de toda la legitimidad para encauzar y dar credibilidad al país; ese esencial requisito faltará si las elecciones que lo unjan resultan controvertidas o, literalmente, robadas.

Hasta ahora, creí que una eventual renuncia, antes de octubre, de Sergio Massa a su candidatura presidencial resultaría contraproducente, ante un eventual vuelco de su electorado peronista al redil del ¿Frente para la Qué?, pero ya no estoy tan convencido; básicamente, porque la presencia dividida del PRO y del Frente Renovador podría llevar a que ninguno llegara al 30%, y eso habilitaría a Lancha a triunfar -siempre fraude mediante- con sólo el 40%, en este curioso sistema de ballotage que los argentinos tenemos para las presidenciales. En la Provincia de Buenos Aires, donde gana quien simplemente obtiene más votos, la situación es distinta, porque allí están en condiciones de alzarse con el triunfo tanto María Eugenia Vidal (la candidata más votadas en las PASO) cuanto Felipe Solá, quien podría reunir los votos peronistas de Julián Domínguez y de barones hartos del kirchnerismo, que los lleva a la derrota.

De todas maneras, resulta esencial reiterar que el futuro se presenta muy difícil, tanto por la horrible situación interna como por las conmociones que, día a día, se producen en el escenario internacional, por las dificultades que afrontan Brasil (¡un espejo que nos avergüenza!) y China -nuestros principales clientes- y, sobre todo, por la devaluación masiva de las monedas de todos nuestros competidores y vecinos. Así, las drásticas correcciones que resultará inevitable realizar sobre el rumbo económico, en especial sobre el mega-gasto público que el kirchnerismo impuso, requerirá de fuertes consensos parlamentarios y sociales, que sólo podrán generarse a partir de la interacción generosa entre los distintos actores políticos, y allí se abre una puerta amplia, por ejemplo, para compartir espacios en el gabinete y en el Congreso, es decir, para constituir una amplia base aliada.

Cambiando totalmente de tema, y dado que también en este asunto la letra con sangre entra, algo acerca de la crisis de la inmigración ilegal de los miles de africanos que conmovedoramente luchan por una vida simplemente viable y están dispuestos a perderla en el intento, porque el infierno que dejan atrás es aún peor. Con toda humildad y desde este remoto lugar, me permito formular una sugerencia a la Comunidad Europea entera: ¿por qué no reparar algunos de los grandes errores de la época colonial y crear un Plan Marshall para África, que genere educación y riqueza para permitir a sus poblaciones permanecer en sus países de cuna?

Como todos sabemos, el original de ese plan hizo que Europa, después de la pavorosa destrucción que provocó la II Guerra Mundial, se recuperara con fuerza en pocos años. Muchos historiadores adjudican las razones que llevaron a los Estados Unidos a destinar tan ingentes fondos a esa reconstrucción al egoísta propósito de regenerar mercados para sus productos; aunque así fuera, los muchos millones de seres humanos que habitan en el continente negro y los enormes recursos de los que disponen los países sub-saharianos debiera servir, ahora también, como similar aliciente y, en especial, evitaría esa justificada invasión al continente europeo, tan rico y tan cercano.

El también dramático caso de Oriente Medio es diferente, porque quienes emigran huyen de la guerra y del demente Ejército Islámico. Un elemental instinto de auto-preservación debería obligar a reflexionar a los países centrales, creadores de ese caos por su avidez del mar de petróleo involucrado, e imponerles poner fin al mismo, ya que los inmigrantes árabes no se integran a las comunidades que los acogen y, por su infinitamente mayor tasa de crecimiento demográfico, terminarán por islamizar a Europa entera.

Los chinos tienen una curiosa maldición: "¡Ojalá vivas tiempos interesantes!"; no hay duda que nos está siendo destinada.



Bs.As., 30 Ago 15

domingo, 23 de agosto de 2015

Empacho de Ensalada



Empacho de Ensalada

"Enfrentar al ser humano a su propia desolación. Sólo entonces se alzará pidiendo justicia o venganza. ... Y no hay mejor piedra de amolar que la letra impresa". Arturo Pérez-Reverte.

¡Qué lindo fue ver a la famiglia unita sentada para la tragar la pitanza, no muy magra por cierto, que le era ofrecida! Es verdad que faltaron algunos conspicuos miembros del gang, como Máximo, Timba o Jaimito, por ejemplo, pero estaban los demás, rindiendo su habitual homenaje a la Padrina.

El pobre Lancha Scioli parecía un poquitín incómodo con los comensales, tal vez porque las inoportunas inundaciones le habían impedido hacerse, en Italia, el service del brazo artificial, pero el director de cámaras -un verdadero artista- paneaba encantado por los rostros de Guita-rrita (lo vi algo demacrado), Anímal, el Chino y Sanatella, actores principales del futuro electoral y penal del kirchnerismo. Algunos gobernadores tampoco parecían muy contentos: Fellner, a quien su socia Milagro Sala le acababa de asesinar un comprovinciano en las narices, no sonrió en ningún momento, como tampoco lo hizo Urtubey; pero allí estaba la Ministro Debora Giorgi mostrando, en su muy agraciado rostro, la enorme satisfacción que sentía cada vez que era mencionada por la noble viuda, como también hacían Kiciloff, De Vido, Bossio y hasta algunos personajes de la industria y el comercio presentes.

Evidentemente, la auto imposición de una abstinencia verbal de doce días le trajo algunas complicaciones intestinales a Cristina. Pero ese día, para reponerse y un poco enredada por la emoción de volver a los micrófonos, nos tiró encima con nada menos que ochenta minutos en cadena -¡la N° 32 del año!- a los que sumó otros tantos para recibir el inconmensurable apoyo de los pibes para la liberación imaginaria que poblaban los tres patios de la Casa Rosada.

Pero hablemos de la ensalada con que agasajó esta semana la Reina a toda su corte. Comenzó incorporando hojas verdes de números referidos a presupuestos de obras públicas, imposibles de verificar tanto en su verdadero destino cuanto en la corrección de sus montos, pero que, como es notorio, no han logrado impedir las gigantescas catástrofes que asiduamente azotan a los más humildes argentinos. Indignada con la atribución periodística de grandes contratos -¡$ 8.000 millones!- a su empleado, Bóvedas Báez, pretendió desmentirla y enumeró a las empresas que habían recibido contrataciones superiores pero, con una picardía notable, se refirió sólo a aquéllas firmadas por el Estado nacional, olvidando los suscriptos por los provinciales, que aquél también pagó.

Más tarde, no satisfecha aún con el resultado de la preparación culinaria, le agregó el fuerte sabor de un proyecto de ley tendiente a manear a la administración que la suceda para evitar que pueda, a través de la ANSES, disponer de los paquetes accionarios confiscados con las AFJP's de innumerables empresas. Más allá de lo tóxica que puede resultar para la digestión la sanción del instrumento propuesto, como probó la Bolsa el viernes, salpimentó todo con graciosos mohines y comentarios acerca de la identidad de los dueños de esas empresas, dando así un toque muy femenino a la receta.

Para quienes tenemos paladares sensibles, a la ensalada presidencial le faltó una pizca al menos de conmiseración por los inundados, aunque ese ingrediente nunca estuvo en la cocina de los Kirchner, como bien saben las víctimas de Cromagnon, de Once, de La Plata y de tantas tragedias nacionales, pero lo olvidó la autora por no haber viajado por la Provincia de Buenos Aires, que se hunde después de ocho años de desastrosa gestión sciolista. Referirse al muerto jujeño sólo para sostener que éste pertenecía a las hordas de la Tupac Amaru fue sólo un desliz, que los malditos radicales no le perdonaron al demostrar enseguida que todo era mentira. También faltó, para mi gusto, alguna referencia a los grandes problemas que el kirchnerismo dejará a su sucesor y al país entero, pero Cristina no estaba allí, pese a su manifiesto enojo (¿notó qué ojos fríos tenía mientras sonreía?), para dar malas noticias.

La Presidente parece convencida -¿desea?- que el candidato del ¿Frente para la qué? perderá las elecciones; si no es así, la única explicación posible para lo que están haciendo Axel Kiciloff y Alejandro Vanoli todos los días pasa a ser que la Jefa odia al pobre Lancha con toda su alma. Para evitar que las mechas de las bombas que pretendían que explotaran a partir de diciembre resulten demasiado cortas y manchen así el relato exitoso que quiere esgrimir el kirchnerismo para enfrentar a su sucesor, no hacen más que echar leña al fuego imparable del gasto y de la inflación.

Esta semana, el Gobierno emitió un bono en pesos atado a la cotización del dólar oficial que vencerá en 2016; como todo el mundo cree ya que la devaluación es inevitable, el éxito en la colocación superó las expectativas. Siguió, además, despilfarrando reservas al vender a las clases más acomodadas dólares "ahorro" y "turista" en cantidades siderales. Aún así, no logró frenar la cotización del dólar "blue" o libre, que alcanzó el viernes la cota de $ 15,55. Claro que, con el déficit de las cuentas públicas volando -alcanzará este año el 8% del PBI-, con la balanza comercial en crisis por la sobrevaluación del dólar oficial y por los bruscos frenazos de China y Brasil, con la fenomenal pérdida de reservas y con la emisión desmedida -ya nuestro billete de mayor denominación equivale sólo a US$ 6,43-, resulta imposible hacerlo retroceder, aunque se ponga en la calle a la AFIP, al Banco Central, a la Gendarmería y a la Prefectura y a los canes uniformados. 

Al respecto tengo una sugerencia importante para quien ocupe, a partir del 10 de diciembre, el primer sillón de la Argentina: señor, en su discurso y en la medida de lo posible, haga el inventario real de la herencia que recibirá ese día. Infórmenos quiénes integran sus equipos técnicos, cuál es la magnitud de los problemas a los que se enfrentará, y cuánta ayuda social, política y parlamentaria necesitará para hacerlo; trátenos como ciudadanos, y no como niños a los que hay que mentir; cuéntenos cuáles son los indispensables acuerdos a los que habrá llegado con las otras fuerzas políticas. Tal vez resulte una buena idea que relea el discurso que pronunció Arturo Frondizi cuando le tocó asumir como antecesor suyo.

Pero, principalmente, comprométase en serio con la República y con la Constitución, para evitar que la Argentina siga en esta senda de decadencia e insignificancia en la que ya lleva demasiados años. Sin duda, Dios y la Patria se lo agradecerán.



sábado, 15 de agosto de 2015

¡Soy Marciano!



¡Soy Marciano!


"¿Han podido las naciones, a no faltarles el juicio, conferir a los que hacen depositarios de sus derechos el de hacerlas constantemente desgraciadas?". Paul Henri Thiry, Barón de Holbach

El lunes pasado, con sangre y dolor, descubrí que no sólo no soy argentino sino tampoco terrícola y, como ahora Marte queda más cerca, estoy convencido que de allí vengo. A ese origen planetario debo atribuir la sinrazón de todos los análisis que me llevaron a conclusiones tan equivocadas en materia política.

Bachelet tiene 12% de aprobación; Rousseff, un penoso 7,7%; Cristina Kirchner, culpable de hechos muchísimo más graves, demostró que dispone del 38%. Que no lo haya visto así prueba lo acertado del título: sólo alguien que recién hubiera aterrizado pensaría que la enorme sucesión de atropellos a la República y los siderales escándalos de corrupción, la permanente inexistencia de obras públicas cien veces prometidas y las recurrentes inundaciones, los daños terminales ocasionados a la economía y el memorable saqueo a las arcas del Estado, harían que los argentinos votaran por terminar con tantos flagelos que, cual jinetes del Apocalipsis, han sido convocados a estas latitudes.

Como marciano, me formulé algunas preguntas: si entre las mayores preocupaciones de la ciudadanía están el narcotráfico rampante y la violencia consiguiente, ¿cómo pudo uno de cada cinco bonaerenses elegir a Anímal Fernández, acusado de ser la cabeza de ese nefasto "negocio", como candidato a Gobernador?; si la Provincia de Buenos Aires ha soportado estos últimos ocho años la peor administración de su historia y carece de caminos y de las obras hídricas que evitarían las recurrentes inundaciones de ciudades y pueblos, ¿cómo pudieron tantos partidos del interior optar por Daniel Scioli, un permanente mentiroso, responsable directo de tantas penurias y "operador" en la Justicia para lograr la impunidad de los Kirchner, como candidato a Presidente?; si La Plata sufrió una tragedia porque los fondos destinados a la canalización del arroyo El Gato fueron "distraídos" y aún no se conoce la cifra de muertos, ¿cómo pudo su Intendente, Pablo Bruera, ser elegido como candidato a auto-sucederse? Evidentemente, debe haber algo en el aire o en la comida de los argentinos que justifique que esos hayan sido sólo algunos (hay muchos más, a veces peores) de los resultados de las Primarias.

Soy testarudo, y seguiré especulando acerca de qué puede pasar en octubre. Hay un dato no menor a considerar: los fiscales -¡fue conmovedor el éxito de su convocatoria!- del PRO y del FR se foguearon en las PASO, y las habituales maniobras fraudulentas que se utilizaron la semana pasada resultarán, para los tramposos, más difíciles de concretar.

Me parece que Anímal, apretado entre María Eugenia Vidal, la candidata del PRO que lo superó por amplio margen, y Felipe Solá, que obtuvo más votos que su presidenciable, no podrá sumar a quienes acompañaron al pre-candidato perdedor del ¿Frente para la Qué?, en especial porque los "barones" detestan, con causa, al segundo en la fórmula,  Martín Sanatella: el oficialismo propondrá a los bonaerenses un dúo conformado por un tipo sospechado de narcotraficante y asesino y por un acomodaticio ladrón y groucho-marxista, y la Iglesia -Papado incluido- se opondrá frontalmente a esa fórmula. Algunas preguntas: ¿por quién se inclinará el millón y medio de votos que acompañó a la fórmula Domínguez-Espinoza en las PASO?, ¿pueden soñar Vidal o Solá con capturarlos?, ¿reeditarán los "barones" -algunos de los más antiguos fueron desplazados de las candidaturas por La Cámpora o tienen a candidatos opositores mordiéndoles los talones- su conducta de 2009 y 2013?

Cuando las aguas bajen turbias y termine la renovada tragedia que afecta a tantos partidos de la Provincia, pienso también que las inoportunas y luego frustradas vacaciones en Cerdeña del actual Gobernador le impedirá, tanto o más que la falta de obras hídricas que la motivaron, obtener los votos que  Lancha necesita para alcanzar el soñado 45%, que le resultó esquivo en las PASO, en especial en el distrito que gobierna tan desastrosamente.

Como se piensa que el ballotage se dirimirá entre Scioli y Macri, las inquietudes de todos se refieren al destino de los votos de los demás candidatos que ya salieron de la competencia o lo harán en octubre. Massa ha sido el más virulento en sus críticas al criminal kirchnerismo reinante; no parece posible que sus votos (20% en las PASO) acudan en auxilio del ¿Frente para la Qué?, a pesar del peronismo de muchos de ellos, y lo mismo sucede con aquéllos que se inclinaron por José Manuel de la Sota que, antes de cualquier filiación política, son cordobeses, hartos de la prepotencia de Cristina.

Margarita Stolbizer, progresista de buena fe y de una honestidad probada, es la peligrosísima denunciante de la causa Hotesur, que jaquea a la Presidente y a su familia; sus votantes (3,51%) obviamente no acompañarán a Lancha ahora, a sabiendas de que éste les garantizará la impunidad. Más inquietud generan los votos de Adolfo Rodríguez Saa (2,11%), porque sus lealtades siempre han sido oscilantes. Quedan los diferentes partidos testimoniales de la izquierda, pero creo que optarán por votar en blanco o anular sus votos.

En las PASO se expresó el menor porcentaje (74%) de ciudadanos habilitados desde 1983. Falta saber quiénes fueron y qué opinarán en octubre los que faltaron el domingo; allí estarán las respuestas y se terminarán todas las alquimias y especulaciones. Por ejemplo, si alguna nueva catástrofe se produjera, un brutal escándalo explotara o la cotización del blue se escapara en los setenta días que faltan para la primera vuelta electoral, aún en medio de una sociedad tan distraída como la nuestra -¿recuerda la inexplicada muerte del Fiscal Nisman, la persecución al Juez Fayt, el desplazamiento del Juez Cabral por el memorandum con Irán o del Juez Bonadío por allanar las oficinas de Máximo Kirchner?-, se producirá una gigantesca caída en la intención de voto de Lancha, de Anímal y del resto de los candidatos oficialistas, que podría resultar en que el ballotage fuera entre Macri y Massa, como sueña éste.

Pero volvamos a la realidad: el 60% de los votantes dijo, claramente, que ya no quiere a los Kirchner ni al "modelo" despótico y suicida que encabezan. La ley impide, desde junio pasado, establecer nuevas alianzas electorales o modificar las fórmulas, resulta impensable pensar que Macri entregue a Vidal para beneficiar a Solá, Massa retire su candidatura presidencial, y parece cerrada la posibilidad de incorporar figuras del Frente Renovador a un futuro gabinete del PRO, ya que éste ha acordado con sus socios -UCR y CC- el reparto de cargos.

Pero habría que encontrar algún camino para alejar, de una vez por todas, la improbable posibilidad de Lancha de hacerse con el triunfo. A la luz de los números detallados más arriba, a Macri y a Massa debería resultarles de sumo interés encontrar una solución, aún contemplando la posibilidad de que fuera el otro quien triunfara. Porque, convengamos, si la situación actual, tan irreductible, se mantuviera hasta octubre y, ante la desunión de los contendientes, Scioli ganara la carrera final -algo improbable pero posible por la exótica forma que aquí tienen los dos turnos electorales- ambos serán responsabilizados de la derrota por la sociedad.



domingo, 9 de agosto de 2015

Continente en LLamas



Continente en LLamas

"Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo la insurrección es, para el pueblo y para cada porción del pueblo, el derecho más sagrado y el deber más indispensable". Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, 1793

La ya indescriptible Presidente que con tanto esfuerzo hemos sabido conseguir, nos descerrajó el miércoles un desconcertante y falsario mensaje en el que nos brindó su peculiar visión de la historia, con las espaldas ahora cubiertas por una andrógina Juana Azurduy armada. En el escenario, rodeada por el risueño Guita-rrita Boudou y por los demás delincuentes funcionarios que integran la mayor asociación ilícita que podamos recordar, defendió a Anímal Fernández, su Jefe de Gabinete, sobre el cual pesan graves denuncias como narcotraficante y asesino, adjudicándolas a un oportunismo electoral que, como bien podrían atestiguar Enrique Olivera, Francisco de Narváez o Luis Juez, le puede ser adjudicado por entero.

El 15 de marzo pasado escribí una nota, "Las Olas y la Hipocresía" (http://tinyurl.com/oc5cohj), en la cual expuse cómo, a mi modo de ver, se han producido los fenómenos políticos y sociales en este continente, señalando que, mal que nos pese los argentinos, que siempre nos sentimos originales, han recorrido sucesivamente todos los países que en él conviven. La recordé esta semana, a la luz de lo que está sucediendo en Brasil y en nuestros vecinos, cuyos  gobiernos aplicaron las recetas populistas más trágicas, afines a las propuestas del Foro de São Paulo.

El escándalo llamado "Petrolão" estalló cuando fue detenido un alto gerente de Petrobras que, utilizando el sistema denominado "delación premiada" -incluye la devolución de los fondos mal habidos (¡qué buenos ejemplos para imitar aquí!)- para la reducción de su condena, empezó a contar cómo se repartían las coimas que las empresas pagaban en las obras públicas.

A partir de entonces, un Juez federal, con el apoyo de fiscales verdaderamente independientes, comenzó a tirar de los hilos que el "arrepentido" había puesto en sus manos y mandó a prisión a importantes integrantes de la cúpula del PT (por la ilegal recaudación para las campañas de Lula y Dilma), a varios funcionarios de la petrolera semi-estatal y a los dueños y directivos de las mayores constructoras de Brasil; hay muchísimos senadores, diputados, gobernadores, etc., bajo sospecha y con el riesgo cierto de ir presos. Las confesiones de los detenidos continúan hoy, y el escándalo conmueve a un país que, golpeado además por el incremento del desempleo y de la inflación y del déficit fiscal, está entrando en recesión.

El pánico cunde en toda la dirigencia -no sólo entre quienes sienten el aliento de la Justicia en la nuca-, que se pregunta hasta dónde llegará la investigación y sus consecuencias porque, a raíz de la magnitud que han alcanzado los episodios de mega corrupción conocidos, esas grandes compañías, varias de ellas globales, han perdido sus contratos en el exterior y, también, están siendo excluidas de los planes infraestructura en todo Brasil. Con ello, obviamente, se compromete la recuperación de nuestro vecino, dado el efecto multiplicador de la industria de la construcción; por otra parte, es probable que las calificadoras de riesgo internacionales le quiten el grado de inversión (investment grade) que tanto le había costado alcanzar, porque la explosión de las alianzas que el PT había construido en el Congreso -con el PMDB y otros partidos menores- impedirá al Gobierno obtener las leyes necesarias para corregir tantas anomalías en la economía más grande del subcontinente.

Aunque, al menos por ahora, ella misma no está alcanzada por las denuncias de corrupción, pese a haber encabezado Petrobras mientras todo sucedía, el indescriptible rechazo que tiene hoy la gestión de Dilma conlleva la posibilidad cierta de que se vea obligada a dejar la Presidencia, sea por la vía de la destitución (impeachment) fundada en el maquillaje de las cifras oficiales (¿se imagina si eso se cuestionara aquí?), sea por su renuncia ante la presión popular, que se manifestará nuevamente en las calles dentro de ocho días.

Uruguay fue paralizado el miércoles por la mayor huelga desde que el Frente Amplio se hiciera con la Presidencia hace doce años; si bien en este caso no se trata de hechos de corrupción y la autoría intelectual puede adjudicarse a la facción del Pepe Mugica, enemigo acérrimo de su antecesor-sucesor, lo cierto es que también allí el populismo ha producido enormes daños en la economía, devastada por el empleo público y por el exceso del gasto, que la ciudadanía, en general, ha favorecido irresponsablemente con su voto.

Chile, afectado por similares males y por la caída en los precios de sus mayores commodities, ha visto precipitarse el prestigio de Michelle Bachelet (el espejo en el cual pretendía mirarse nuestra Cristina para imaginar su regreso al poder), envuelta en un escándalo por maniobras financieras de su yerno, también sufre en su economía los fuertes embates de una gestión populista que está destruyendo velozmente los cimientos mismos sobre los cuales se construyó la imagen de un país serio y confiable para el mundo.

Venezuela -otro modelo para Cristina- está ya, por la desesperación ciudadana causada por la terrible escasez de alimentos y medicamentos, la violencia y la violación de todos los derechos humanos, al borde de un estallido social de inimaginables consecuencias; sólo el latrocinio salvaje y el populismo torpe e irresponsable de su dirigencia chavista pueden explicar cómo pudo terminar así un país que flota sobre un enorme mar de petróleo.

Ecuador y Bolivia, que han tenido mejores gestores en general, también están afectados por el mismo mal, y sus gobiernos cosechan ahora grandes repudios, tal como han demostrado las últimas elecciones municipales en Quito y en importantes ciudades del Altiplano.

Colombia tiene sus propios problemas, de la mano de Juan Manuel Santos, empeñado en una prolongadísima, ingenua e inútil negociación con la guerrilla terrorista y narcotraficante más antigua de América, una política inversa a la que llevaba adelante su predecesor, Alvaro Uribe, que había obtenido grandes victorias militares al respecto.

En la Argentina, el kirchnerismo no sólo ha desperdiciado el mejor momento histórico de la región, dilapidando estúpidamente -cuando no robando- el enorme tesoro que los precios internacionales de nuestros productos había aportado a sus arcas, sino que ha hundido al país en una ciénaga moral y cívica como no recuerda su historia. La crisis en la educación, la salud, la vivienda y la infraestructura, la pobreza ya estructural, y la proliferación de la droga, con todas sus nauseabundas consecuencias, dejarán graves secuelas. Sin embargo, aquí también el populismo ha calado hondo y, como sucede en nuestros países vecinos, nadie quiere pagar la cuenta de la fiesta para pocos que hemos vivido estos años.

La economía mundial está viviendo rápidos cambios, producto de la desaceleración de la economía china, de la revalorización del dólar, del previsible aumento en las tasas de interés norteamericanas y de la consecuente caída en el valor de los alimentos y de la energía; nada de eso traerá buenas noticias para la región. El progreso de las comunicaciones ha implicado una mayor velocidad en los acontecimientos y creo que pronto se producirán grandes convulsiones en nuestra América del Sur, de consecuencias hoy imprevisibles.

Hoy los argentinos nuevamente iremos a las urnas para decidir, en los pocos partidos ofrecen competencia interna, quiénes serán los candidatos en las elecciones nacionales de octubre. Quiera Dios iluminarnos para que dejemos de ser cómplices y no votemos a los obscenos corruptos y a los narcos, para que éstos vayan presos y, así, conseguir que reverdezcan esos laureles del Himno nacional, ya tan secos y marchitos.



Bs.As., 9 Ago 15


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